Se esconde el alba en el dulce caos que es tu
mirada,
y te pienso y, sin pensarlo, me doy por vencido
mientras mi lengua dibuja el más precioso de tus
gemidos,
mientras sea de sueños, placer y risas
nuestra almohada.
Recorro tu piel...Con mis labios, ojos y tacto aprendiendo
de la boca, las pupilas, el temblor por el que eres imperio.
Arena arrancada a relojes de tiranos,
me bebo la vida contigo de un solo trago...
Y el aliento que se pierde cuando muerdo tu cuello.
Y el instinto que es vaivén entre caricias y delirios.
...
Ya no me verán jodido ni cuando el alma me queme,
si en mi boca hay tanta tontería es para que la tuya sonría
y ni el viento se la lleve.
Por eso háblame de las heridas antes de empezar a comerte;
seremos puntos de sutura y, con un poco de suerte,
cada una de las locuras que tu sonrisa despierten.
...
Y coso retazos de libertad y deseo para volver a verte,
y aprenderme tus veranos antes del frio diciembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario