03 abril, 2013

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Moría por estar a tu lado
pero no soy de piedra ¿sabes?
Por mucho que lo parezca,
que cierre la boca 
y deje estar mis verdades
jugando al ahorcado.


Que de tanto tenerte cerca 
y sentirte lejos, 
de tanto ser en tu boca
cuando tu boca apenas podía, 
se hicieron kilométricos los sueños,
pesadas las razones 
y unos quinientos calendarios al día.


Y ya no es azar la piel que me viste 
en las más dispares travesías;
porque siempre juego a doble o nada 
y toca ir nadando tras balsas pinchadas 
a las orillas donde el deseo naufraga.


Yo te quiero mar, playa e isla;
tú eres odisea y encrucijada.


Y a veces por mucho que piense, 
por poco que haga,
las muecas indiferentes 
que no dicen lo que siento
son ruletas rusas sin balas.


Mentiras cargadas de extrañas coartadas;
apretar el gatillo
una y otra vez
y esperar en un juego
donde el tiempo se pierde y nadie gana.

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