Yo mismo me las puse,
no sabía que eran cadenas,
estaba a oscuras...
Mucho después vino la luz.
Rápido aparecen las dudas
¿por qué lo hice?
Más tobillos con problemas,
esa fue mi cruz.
Le dije adios
y aún escucho el puto eco,
y mi otra voz:
"Deja de ser un muñeco".
Hoy me miro al espejo
y me hablo con calma
sintetizando consejos:
RESPÉTATE, ANDA.
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