En la palma de tu mano están mis dedos,
dibujando en silencio teoremas
que mi cabeza tiende sin pinzas en el cielo.
Otra X sin determinar, otro garabato sincero,
otro grito encaramado en la luna
que igual desvela una noche de verano
que nos une de diciembre a enero.
Amanece y en tu mano me despego
de la coraza de miedos que a veces ladran
tras la pila de mentiras donde se atrinchera el ego.
Amanece y en tu mano un inocente grita "Fuego!",
huye por el brazo pintando retazos
de lo que quiso ser un beso y un abrazo,
siempre perdido en su maldito Quiero y no puedo.
Hasta que se abre el telón de la mañana
y abro los ojos para mirarte...
No estamos en el mundo donde me tienes ganas,
y en éste prefiero no buscarte.
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