Me preguntas por la inspiración,
es mediodía en la azotea
de la calle Sinrazones,
con el estómago lleno de tiburones
pintando a tu vera un falso bodegón.
Estás tirada en la cama,
con una pierna bajo las sábanas
y la vida intimidando hasta al sol...
Así equilibras la balanza:
de una mano salen llamas,
en la otra sostienes un corazón.
¿Estará aún caliente?
Me pregunto al verte...
Cuando lo arrancaste ardía
y a pesar del trance
parece que aún se mueve.
Te giras para mirarme,
con la urgencia brillando
en esas negras lunas llenas
que el pincel aún no comprende.
El solsticio de amor da entera,
mis dedos puestos a prueba
por tu cuerpo hecho enredadera
entre los nervios de mis dientes.
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