venderte la libertad al contado,
fajos a cambio de dados
o barajas de cartas para jugar.
El mundo es un/a put@ divergente**
que te folla y te miente
cuando piensa en gemir y mirarte
a la vez que en cobrar.
Fichas sobre el tapete,
ases en la manga y falsa voluntad;
los hijos de puta siempre ganan,
tú de antemano pierdes,
ley y trampa son muecas hirientes
que pasan desapercibidas
y determinan la partida con impunidad.
Esquiroles de todos los colores
y uniformes conque les quieran disfrazar:
el camarero que sirve Chivas
y descubre las cartas en la tercera baza,
el portero que sabe quiénes
pueden salir del edificio sin cobrar...
Ten cuidado si sobre tu silla
se sienta su imprevisible amenaza,
el juego siempre está abierto
hasta que al soprano le deje de gustar.
((** Protocolo de Kioto))
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