28 diciembre, 2006

INOCENCIA Y SUEÑOS

Crecen los niños, sueñan los primeros
y lo hacen despiertos, sin pretender quimeras;
advierten y juegan las contradicciones:
incesantes preguntas, inocentes explosiones.
El mundo se detiene, no acepta
que le revelen: mundo imperfecto.

Pero los niños sueñan,
deshacen los peldaños
y con empeño ruedan
sin saber de la gravedad.
Acarician la verdad
cuestionándolo todo,
Y suben, suben…
¡Ya lo creo que suben!
Sepultan el lodo,
se acercan a tu lado
y te ofrecen sus alas:
¡Sube, sube!
Ya lo creo que subo.

Aunque te muevas y caigas,
levanta, nunca digas
que no puedes
¡si te ayudan!
¿Olvidaste esas alas?
Exhala, exhala…
La esperanza
no es un cuento de hadas,
es una danza,
late desde que naces
y aunque la disfraces
late, es vida que mece,
el Ahora que mereces.

Crecen los niños, sueñan los primeros,
se hacen mayores y olvidan quimeras.
En este mundo imperfecto, dicen,
el sufrimiento es seguro, también cicatrices
y nada cambiará por mucho que analices.
Pero la luz se enciende,
un momento, para…
¿cómo entender lo que no se entiende?
sólo un sentimiento te ampara:
o ahora ó nada.
Y sueñas,
Aunque caigas sueñas…
Y subes,
Aunque cueste subes…
Porque sabes que puedes;
eso, que no me lo roben.