19 diciembre, 2007

Una cultura de pistoleros

El Tribunal Supremo de EE UU juzgará, por primera vez en 70 años, si una norma que limita la tenencia de armas de fuego en Washington viola la Constitución. El dictamen podría resultar decisivo para el futuro del país más armado del mundo, donde hay 90 armas de fuego por cada cien habitantes, según la última encuesta del Instituto de Estudios Internacionales (IEI).


La norma, en vigor desde 1976, es una de las más estrictas y fue decretada ilegal en 2004, cuando el tribunal federal la consideró demasiado dura. Sin embargo, la Corte Suprema admitió el recurso presentado por el Ayuntamiento de Washington y escuchará a ambas partes a principios del próximo año.


La decisión tendrá una fuerte carga porque puede sentar un precedente respecto a la interpretación de la Segunda Enmienda, según la cual “siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”. El Supremo juzgará si se trata de un derecho individual del ciudadano o, por el contrario, de un derecho de todos a contar con un Ejército que les defienda. Si se diera éste último caso, el control de las armas de fuego tendría, por fín, un respaldo legal susceptible de extenderse a todo el país.


El crecimiento de las armas de fuego en Estados Unidos es preocupante, sobre todo desde los atentados del 11-S, en 2001. Ese año la demanda por parte de los ciudadanos creció en un 25%, y desde entonces no se ha detenido. Hoy adquieren más de la mitad de la producción mundial, según el IEI. En el país circulan ya 270 millones de este tipo de armas, más del 30% del contingente mundial, a pesar de que el número de habitantes no llega al 5% de la población planetaria.


Según Pap Ndiaye, historiador, se trata de una cultura de armas de fuego. “Es decir, de una parte de la población americana para quienes poseer un arma no es únicamente un derecho, sino de igual manera una protección indispensable”, explica en una entrevista para Le Monde. La obsesión de muchas familias les ha llevado a comprar utensilios que en cualquier otro país nos parecerían una atrocidad, como las mochilas y los cochecitos para bebés “antibalas”; y a estas ideas se les unen otras no menos disparatadas, como la adquisición de las pistolas Permanecemos Unidos, de la fabricante Beretta, y del modelo neoyorquino, Seguridad de la Patria.


En la promoción de esta cultura han tenido mucho que ver determinados grupos de presión, representados en el Congreso y en la Casa Blanca. Entre ellos destaca la Asociación Nacional del Rifle, que se define como “la organización de derechos civiles más antigua de los EEUU” y lanza slogans tan elocuentes como “abraza la libertad”, a pesar de que su único objetivo es defender el derecho a portar armas de fuego, tanto para la defensa personal como para actividades recreativas.


Convendría preguntarle a los miembros de ésta asociación quén opina sobre las repercusiones de la libre circulación de éstas armas en el país y la cultura que defienden: más de 11.000 homicidios al año, 30 cada día, y cientos de disparos accidentales. Además, las víctimas y autores son fundamentalmente jóvenes. El número de niños muertos por disparos es 12 veces mayor que en el resto de países industrializados. Por tanto, no son sólo los ataques en las universidades, sino también todos los hechos delictivos que ocurren día a día.


Los defensores del derecho a portar armas suelen señalar que el número de homicidios apenas varía por el establecimiento de leyes. Sin embargo, esto podría deberse a dos razones esenciales. Por un lado, tienen grandes lagunas, como la permisividad con los “gun shows”, ferias donde se venden cantidades ingentes de armas de cualquier calibre. Y, por otro, la libre circulación dentro del país impide un control de la posesión de armas, puesto que si en una ciudad están prohibidas, van a otro lugar a por ellas. Por tanto, el control de las armas y la desaparición de esta cultura de pistoleros es posible, y la solución puede encontrarse, para empezar, en lo que el Tribunal Supremo decida en los próximos meses.

02 diciembre, 2007

La Pasión del Alquimista (Ella)

¿La pasión del alquimista?
Describirte su cuento de hada…
cómo entró en aquella posada
de atmósfera que se movía encantada
por quien le mostró sonetos de sed saciada
entre besos, caricias, todo el calor
que emana del alma humana
cuando surgen colisiones
(llamémosle temblor),
que es lo que ocurre entre miradas,
entre mágicas explosiones,
cuando se acompasan los latidos
(el sentido del amor).
--
“Ese puño está nervioso”,
apunta el bolígrafo, avisa el papel,
les pido que lo piensen:
si hoy bombea tanta tinta
es porque alguien volvió loco al alquimista…
Así que comprendedle, dejadle ser…
--
Que todo gire como quiera,
pasan demasiado rápidos los días…
Yo, entre tanto, levitaré
desde este nuevo amanecer
hasta dejar cansada a la utopía.

Que ellos desayunen lo que quieran,
yo beberé tu placer cada mañana.
Queda tanto por vivir… se rozan nuestras manos…
y luego déjalas, sé que tienen ganas
de desplegar sus infinitas alas,
o, dicho de otro modo,
no dejar de levitar
sobre esa nube que es tu almohada…
Nos incita:”subid a trazar
los rayos que masticó la esperanza:
sabed que si dos almas quieren danzar
lo harán…”. Que dancen, es el momento de empezar…
--
Así llegó a su vida,
como aparecida de la nada,
con su fábrica de sueños,
(de las que no saben de medidas
ni entienden de dueños),
para enseñarle a subir peldaños…
Y él se agarró a su cintura,
ella le embriagó con la locura
y como dos locos subieron,
dispuestos a burlar los límites,
en ellos no creyeron
e hicieron de su pasión un arte.

Me pregunto cómo ocurrió,
aquello de burlar a Cronos,
dejarle sobre la lona
tras quemar sus agujas…
(Cuentan que flotan en una burbuja
Y hacen de cada mes sólo un segundo)
--
El alquimista sin cabeza anda,
se le escapó hacia el corazón
y se cree loco, se sabe loco,
se siente y se vuelve, más, loco,
hasta que soñar es su vida,
y vivir es un sueño.

Ella es mucho mejor que la cordura
¿No lo sabes? Cuando uno arde
y siente que el fuego le enciende,
sólo de ese calor entiende
sólo un alma, sólo un cuerpo,
todo lo que esconde su mirada,
es el ahora…su particular cuento de hadas…
Entonces eso de “loco” no sirve de nada,
sabed que serán absurdas
vuestras crudas parrafadas.

--

El loco, además, siempre está hecho de retazos,
por cada momento que ella le regala
en su alma se graba un intenso trazo…
El loco, también, suele extenderlos
a menudo, y aunque no puede entenderlos,
(y ya ves, es tan difícil describirlos…)
esboza inmensas sonrisas al revivirlos,
y hablar del placer…
Si lo une a un amor
tan grande como el universo,
podrás comprender
cada uno de estos versos.
--
¿Universo?
Está en cada abrazo,
me siento tan pequeño…
Y él se empeña
en esconderse en tu calor,
sabe que no hay otro lugar
donde descansar sea cosa de dos..

¿Artes?
Tantas me enseñaste…
Contigo aprendí a pensarte,
a sentirte, vivirte y recordarte
con una sonrisa,
hacer de la distancia brisas,
precipicios que desechamos,
es simple, los saltamos,
pues nunca se detiene
este tam-tam que nos hechiza,
que nos invita a viajar…
y nos hace olvidar movidas,
son tantas alegrías las vividas…
y lo que queda por dibujar…

¿Amor?
Tu alma y mi alma
saben jugar entre los extremos,
pueden susurrarse en calma
y desnudarse mientras gritamos…
Eso de fundir tempos con tus sentidos...
trazar versos entre nuestros cuerpos,
vivir en tu pecho cada latido
hasta que salte la alarma,
cada vez más unidos,
tanto que nos hayamos fundido
y seamos sólo placer, cada vez más,
sólo tú me sabes mecer, cada vez más…
cada vez más…
Me vuelvo a perder…
Y no quiero dejar de hacerlo,
encontrarme sólo en ti,
respirar, morir al fin…
Y renacer de nuevo
(poco a poco consigues
que olvide el miedo)…
Renacer de nuevo…

23 noviembre, 2007

Los niños, lo primero

El número de familias occidentales que acogen a niños de países del Sur se ha multiplicado en la última década. Hoy se producen más de 45.000 adopciones al año. La actuación de la ONG “El Arca de Zoé” ha abierto el debate sobre los límites de las adopciones internacionales. La ausencia de normas reguladoras y de procesos poco transparentes han hecho que las adopciones se conviertan en un negocio.

Según Unicef y Acnur, toda decisión que afecte a un niño se debe tomar en función de su máximo interés. Deber prevalecer siempre el apoyo a las familias para poder atender a sus hijos, y la adopción sólo es prioritaria cuando, pese a la ayuda, éstas no quieren cuidarlos o no son capaces de hacerlo.

En los países del Norte, el abandono de niños por falta de recursos o por ser “no deseados” es una práctica cada día más minoritaria. La educación sexual y la paternidad responsable han hecho que las parejas que tienen hijos quieran y puedan hacerse cargo del menor. Además, las parejas infértiles piensan cada vez más en la adopción como método para ser padres.

Los países que realizan controles exhaustos en los procesos de adopción, con largos procesos burocráticos, desbordan la paciencia de las parejas adoptantes. Además, muchas veces hay una falta de información respecto a dónde deben acudir. Las redes internacionales aprovechan esa situación. La ausencia de normas reguladoras y de control en muchos países empobrecidos facilita este creciente negocio. A veces, se producen “malas prácticas” como el secuestro y la venta de niños por sumas de dinero que pueden llegar a los 60.000 dólares, así como la intimidación de los padres y el pago de sobornos a funcionarios.

Como explica Pepa Horno, responsable de Save the Children “en ocasiones, estos países tienen la sensación de que no son capaces de proteger a los niños de su propio país, y se sienten indefensos e impotentes por su propio futuro”. De ahí que, tras el escándalo de Chad, la República del Congo haya suspendido todas las adopciones internacionales. No obstante, el aumento de controles ha crecido en la mayoría de países desde 2005. No sólo en Corea del Sur y Nepal, donde se han paralizado, o Sudáfrica, donde el gobierno ha prohibido este año las adopciones; también en los países que más niños daban en adopción, China y Rusia, se han endurecido las normativas. Y todo indica a que las medidas serán cada vez más duras.

Los controles para la adopción también se han endurecido en los países occidentales, que han denunciado a países como Haiti y Guatemala. Éste último es el cuarto país en número de adopciones en proporción a su población. Acaba de firmar el Convenio de la Haya sobre Adopción Internacional, que alienta la transparencia y la correción ética, para 2008. Sin embargo, en Guatemala se da en adopción a un menor cada dos horas y media a cambio de cantidades de dinero que pueden alcanzar los 30.000 dólares. Un negocio que implica a funcionarios corruptos, agencias que hacen publicidad en la red y captadores que convencen a las madres prometiéndoles dinero o asistencia sanitaria.

Lo más preocupante es la imagen que, a pesar de los hechos, se está creando en torno a la adopción. Antes no estaba bien vistas por la sociedad, pero el cambio es tan veloz que se ha convertido en una moda, y lo que para muchas madres y parejas es una necesidad, para otros se ha convertido en objeto de negocio. No es raro que alguien pida en la entidad colaboradora información para adoptar a “una niña etíope tan graciosa como la de sus vecinos”. Una petición promovida por la feroz lógica económica de organizaciones. Pero también cuando los medios de comunicación dedican grandes espacios a famosos como Angelina Jolie, Nicole Kidman o Madonna, mostrando la felicidad de tener un “hijo pobre”.

Pero el problema no son las adopciones internacionales en sí. Descartarlas puede ser un grave error. Francia las prohibió durante un tiempo y las consecuencias fueron el cierre de orfanatos y niños sin un techo que cayeron, en su mayoría, en redes de prostitución y delincuencia. Puede que la solución sea, tan sólo, favorecer un proceso más efectivo, información, transparencia y los esfuerzos suficientes para que el Convenio de la Haya sea, por fin, una realidad. Y siempre en función del mayor interés para el niño.

02 noviembre, 2007

El zoológico de los ricos

Más de cien mil turistas visitan cada año las favelas de Río de Janeiro para comprobar con sus propios ojos cómo se vive allí. Es uno de los nuevos servicios que ofrecen algunas agencias de viaje: el turismo de pobreza. En su búsqueda de una experiencia “auténtica”, como si se tratara de un deporte de riesgo, circulan por los barrios más empobrecidos de las grandes ciudades. Muchas veces lo hacen en jeeps camuflados y no es extraño que los habitantes de estas zonas sientan que están en un zoológico humano. El denominado poorism convierte, de manera vergonzosa, la pobreza que sufren cada día millones de personas en un próspero negocio.

El Favela Tour fue el punto de partida. Turistas europeos y norteamericanos visitan desde hace quince años las favelas de Río de Janeiro. Por unos 60 dólares consiguen su visita guiada con historias de robos, de narcotráfico, de policías corruptos y otras historias de estos lugares, donde vive un tercio de la población y donde entre el 2002 y el 2006 el número de niños asesinados duplicó al de niños muertos en la franja de Gaza. Pero la miseria no es un impedimento para los negocios de estas empresas. Al contrario, la han convertido en su gran baza. El ejemplo más claro es el tour por Rocinha, el barrio de barracas más grande de América Latina. Si al principio lo visitaban unas 15 personas al día, ahora cuenta con miles de turistas cada semana que se deleitan con una realidad que para ellos no es más que un espectáculo.

Lo más preocupante es que este modelo de turismo se está expandiendo. En 2005 comenzó en Buenos Aires el Villa Tour, que anima al turista a sobrevivir durante una noche en zonas conflictivas como la villa 31. Estos servicios se promocionan también en Sudáfrica, India y México, e incluso en ciudades de países industrializados como Holanda y Estados Unidos.

Hay otras modalidades de “reality tours”: los organizados en Tailandia y Sri Lanka tras el Tsunami en 2004, o los que llevaron a muchos turistas a visitar Nueva Orleáns tras el huracán Katrina en 2005. En Sierra Leona hay viajes por zonas restringidas cuyo atractivo reside en la posibilidad de ver explosiones en directo. Y a estos se suma el llamado “turismo piquetero”: algunos jóvenes europeos permanecen durante unos días en Argentina con una familia de piqueteros para vivir las protestas.

Son las múltiples caras del turismo de pobreza, que las agencias justifican como una buena forma de ayudar a estos barrios. Aseguran a los turistas que el dinero recaudado será destinado a fundaciones benéficas para proyectos sociales. En cambio, la mayoría de las veces se trata de una farsa y, cuando hay ayudas, estas no suelen superar el 4% de los beneficios, según un estudio de la Brock University canadiense. Las fundaciones comprueban entonces que la promesa es, como mucho, el falso compromiso con el que guardar las apariencias.

Otro argumento muy defendido por los promotores del poorism es que fomenta la sensibilización respecto a la pobreza; sin embargo, uno se pregunta cómo puede hacerlo si su principal motor es la perversa curiosidad de quienes sólo buscan un espectáculo similar a los que ven día a día en televisión. Como Secret Millonaire, un reality show que la cadena británica Channel 4 emite el próximo mes. Cinco millonarios jugarán a vivir durante diez días en barrios marginales ingleses con el subsidio de desempleo.

El periódico inglés The Guardian publicó un reportaje muy revelador sobre el poorism en Nueva Delhi. “Aquí es donde viven los niños de la calle”, explicaba una guía a los turistas mientras sonreía. “No sé por qué la gente viene y nos mira”, se preguntaba Babloo, de unos diez años, poco después.

La pobreza es el resultado de un sistema injusto del que somos partícipes y, por tanto, responsables. Todos deberíamos luchar contra ella y, del mismo modo, nadie debería sentirse tan ajeno como para ser un simple mirón y contemplarla sin inmutarse. El turismo es una forma de conocer lugares, personas y culturas, pero no puede ser otro medio más para perpetuar la pobreza. Y menos aún un turismo tan perverso que no respeta ni la dignidad de quienes la sufren.

19 agosto, 2007

El hombre invisible

Del hombre invisible no quedará mucho, pensaba. No al menos una esquela reflexiva, de esas que homenajean a uno por lo vivido, y no por su muerte, en alguna columna de cualquier periódico o en cualquier reportaje o pequeña noticia; peor, ni tan siquiera en una de tantas ágoras improvisadas por su ciudad. El hombre invisible era eso: invisible. Murió hace poco y Nadia aún no entendía por qué fue tan injustamente olvidado. Las apariencias engañan, claro. Y las palabras. Y la memoria. Como en aquel anuncio de telefonía móvil: será que si no lo cuentas es como si no lo hubieras vivido. Y los actos no los conocen; así mueren en el momento; así muere el beso al amor que descansa; así se borran tus trazos, como si el arte fuera el museo. Pero yo aún te recuerdo, no te preocupes. Ve tranquilo.
Y, sentada en su despacho, seguía pensando en él, que trabajó hasta hace nada un piso más abajo. Nadia bajaba alguna que otra vez a ver a una amiga, hacer fotocopias o discutir con el jefe. También vivían cerca, por lo que las tiendas del barrio les reunieron puntualmente. Ante todo era conocido por su timidez, y esa tremenda capacidad para aislarse de todo y escapar del prójimo, pareciendo no existir. Pareciendo… Muchos le llamaban, las pocas veces que le llamaban, “el soso”; otros “el amargao”; tampoco faltaba “el raro”. Y nada más; nunca se acercaron a preguntarle qué tal o por qué llevas esa cara. Claro que ni siquiera tenía una mayúscula para nombrarle. Amigo, Compañero, Tío. Hubiera bastado con un Raro, o Soso, con S de Sabes que estoy ahí. Ella tampoco regó la primera letra, por eso del tiempo y los cambios, la timidez o el miedo a conocerse, darse más y más cabezazos contra un muro de averigua qué. Pero sabía que él no era como todos creían. Los supo un día, cuando fue a pedir un día libre al jefe. Al entrar en la sala, él estaba ahí, con los ojos tristes que últimamente se dejaba poner. Al salir se detuvo a hacer fotocopias y, como estaba cerca, le oyó hablar con su madre. Sin saber por qué curiosidad, dejó la máquina y, simulando que ordenaba varios documentos, acomodó su oído a la débil voz: sí mamá, estoy muy bien, sí sí, ya sabes que me encanta mi trabajo y que cuando salgo me esperan en casa, ¡¿qué más se puede pedir?! Pero no era así; ella lo sabía. Todo el barrio lo sabía. Su mujer estaba con otro, sus hijos se fueron con ella, y el trabajo, claro, es muy distinto si nadie te espera a la salida. Quizá por eso llevaba aquellos ojos. Seguro. Pero ella le vio así, esbozando una sonrisa con cada palabra, como si le fuera la vida en soñar junto a su madre para que ella le pensara siempre en esa nube y no tuviera nada por lo que preocuparse. Nadia se supo entonces absurda. Supo a todos absurdos. Se vio y les vio perdidos, hundidos en la imagen, la estrecha imagen, tan cerca de la mentira por pequeña, diminuta.
Aquel momento está ahí. Realidad. ¡Quién podría saberla! Comprender… Habría más momentos. Amor de aquellos ahoras. Hay ahoras que se esconden. Habrá tantos como segundos sin medir, que se escaparon con el impulso de un latido, un pum grandioso, ese que hizo que el universo se estremeciera mientras otros pum estaban distraidos. Es normal, pensó inmediatamente Nadia cuando la razón más utilitaria, fría, le llamó la atención. Puede que lo anormal sea estremecerme cuando lo recuerdo, comprender que somos demasiados y nos conocemos demasiado poco. La última vez que dijiste hola al entrar en la frutería yo podría haber sacado la regadera y hacer que mi hache sirviera de balancín. Pero recuerdo tus trazos. Sé que no es tarde. Los siembro y contemplo cada día. La tierra está húmeda. No te preocupes, ve….n tranquilo.

Hace mucho que lo escribí,
para los invisibles, porque nunca lo fuisteis;
cada historia está llena de historias, cada vida y cada alma.

18 julio, 2007

La pasión del alquimista (REBELDÍA)

Abrí los ojos en medio de la noche,
cuando te raja el vacío y el universo descorcha
una botella repleta de estrellas
debiera acariciarte con sus destellos.

Los busco con insistencia, nada hallo,
el cielo llora…también él es vulnerable
y si estamos tristes se vuelve invisible,
el alma humana necesita su ensamble
y no esta ausencia, en esencia
saber que te falta algo.

Aunque a veces salgo
preciso un inciso de felicidad
que me saque del letargo
y esta sed que me mata…
no me ates, sueño amargo,
si estoy loco es por un poco de libertad,
¿la cordura? no provoques, déjala en su lugar
para el vencido,
ya decidí
que respirar así es preparar en la huida
a mi alma para sus duelos:
mira al viento, emprende el vuelo
y si anhela un recuerdo funde otro baile.

Es la memoria con pianos,
cogemos el tempo y lo sentimos
y si en la oscuridad lo perdemos
aprendemos a leer en braile…

El tam-tam que tiñe el aire
es la pasión del alquimista,
poetas también añoran tiempos remotos,
y le piden tintas
para marcar sus versos,
dejar la huella en verde intenso
es como aclamar al universo
y repetir:
no me ates, sueño amargo…
respirar:
comparte destellos si ves que tardo.

¿Sabes? Necesito tus caricias,
sentir que soy parte de tí,
luego escribir unas líneas
como mensajero de un porvenir.
Ser más felíz.
Si todos sintiésemos…
Si todos pudiésemos…
Si todos…
Cerré los ojos,
no te enojes
luz de un nuevo día,
mira esas hojas…
el rocío las empapa de rebeldía…
Dentro de poco despertaré
y las observaré:
demasiadas miradas
soñando esos detalles,
extraño será que no estalle
con la venia o sin ella,
…lo siento señoría…
Si ayer la justicia se perdía
hoy es el momento;
los estantes llenan tanto
acogiendo utopías…
Son verdades prematuras
y la locura no es mía,
es de todos, codo a codo
podríamos escribir sobre su lodo,
pues el rocío lo decía:
DÍA A DÍA BEBER LA REBELDÍA