09 agosto, 2016

SARMMU MASSIF

(I)

Cuando la bandada de pájaros llegó al cielo de su boca
descendían los dedos como afluentes
al océano donde, dicen, se esconde el mayor de los volcanes.

(II)

Triángulo sin bermudas,
140 millones de años y ni aquí ni en Marte
saben del tiempo Cuánto dura
con el preciso deleite que es pensarte
si en cada poro de la entretela

que hay entre tu mundo y mi cabeza
tiemblo gritando o mudo.

Y yo me pregunto ¿Cuál es la duda?

Si de la esfera y las agujas me quedo con su indomable ausencia,
el aliento perdiéndose con vectores capicúa
entre los cuatro ojos translúcidos que tiene una caricia.

(II)

Me quedo
con los nervios en estampida,
los animales descerrajados de pieles para adentro,
de mentes hacia afuera;

las ideas y sus cuerpos,
interiores y extremidades entrelazados
absortos e incrédulos después…

...La vida así, girando en torno como un péndulo.

(IV)

Si entre tanto tiempo soy cuando
sin hablar del tiempo, del tiempo hablo,
y de echar de menos nace
la necesaria habilidad para descontarlo.

Si me descubro
vertiendo café en los relojes de la casa,
tachando varios días a la vez
en los aburridos calendarios de sus oficinas.

exigiendo a los soles
como si fuesen fases lunares:
si están llenos les visto de chándal,
les pongo a correr.


...Y la vida así,
rompiendo el siglo de las crisálidas,
desenterrando los mosquitos de un mundo perdido,
aún escarban en ámbar para volver a salir. 

(V)

Y yo me pregunto: ¿Qué duda?

Si del tiempo me quedo
con su relatividad, el giro entretenido,
gemido par en días impares.

Perdido en el loop de una hipérbole
dejándome el deseo en otra preciosa partitura,
de la blanca a las corcheas
pasan mil negras por mi caos como embistiendo trenes

y qué hay de los dientes que para tí tiene mi ternura.
billete solo de ida
al puro muerdo donde se confunden nuestros andenes.

(VI)

Que me estremezco
incluso ahora, de vuelta a aquel pasaje,
si el recuerdo me embiste
y cada neurona se vuelve carne.

Que me estremezco
y sobre cada quicio de cada entonces
eres enfoque

si tiembla cada nervio de mis córneas,
constantes ígneas,
y no hay marea ni faro de Alejandría
capaz de despistarme

cuando sonríes mirando hacia un lado
y por las orillas de tus ojos
hay veleros blancos
hechos con restos de mis correas.

(VII)

Que me estremezo
y sin querer correr me corro solo de sentirte,
pero quién evita pensarte
cuando sonríes mirando hacia un lado
y el fondo de la tierra supera incluso un volcán en Marte.

2 comentarios:

  1. Cuantas mas veces lo leo, mas me gusta. Como si siempre descubriera algo nuevo. Se puede decir que tiene el mismo efecto que tu. Kosas que son un hecho.

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  2. Gracias pluscuam! En realidad faltaban palabras. Y faltan, ese es otro hecho...Cómo se dice un Fuá multiplicado por 130516? No hay forma ni cabe en una pajarería :P

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