05 julio, 2016

ANTI-RUIDO (I)

Mi conciencia es polvareda de caballos apátridas,
rastro efímero en el desierto
de los escuadrones que enarbolan la mentira colectiva:
orden cualquiera hacia una meta sin camino.

Suena la música
mientras le digo al horizonte que solo huyo del ruido

“Respeta las distancias;
es vivir, no estar más cerca, lo que hoy desata mi júbilo
y no te quiero más cerca de la cuenta:
en cuanto esos bárbaros trepas me den por muerto
podré volver a respirar tranquilo”.

Si se acabasen los sueños de mis ojos abiertos
sería como vivir la propia muerte,
trascender la extraña esencia que mueve el mundo.  

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