Ya no quiero el verso áspero
entre las eses de esta ciudad no cabe un silencio,
las surco en coche camino de La Estación
mientras mi mente pule el bello latido de su ruidos;
solo del Sol contigo aun siendo noche
"Qué poco queda" en Sí bemol
hoy vuelvo a verte,
el letrero de la ciudad debe rezar Presente
y me siento bien
en los altavoces la Intro de Green Gourmet
poniendo en hora la cuerda de los poco cuerdos,
aparco según termina la base
con los nervios de los labios en modo Intenso.
Nunca he pensado si lo piensas
pero mientras te adentras te pienso andén de besos
menudo tren tu cuerpo
viajaría en él por el mundo hasta el centro.
Veinte mil leNguas de viaje submarino
esto era un poema -espera, que me centro-
huelo tu camisa, dime siete diferencias
entre Fetichismo, Amor y Brainstorming repentino.
Espera, que me centro,
en un descuido llega el bús
y tú
con tu nuevo flequillo loco
rompiendo el aire de tan guapa.
Ya no quiero el verso áspero,
contigo hasta el tiempo tiene tacto,
un color dulce, una nueva luz,
pintar un beso nuestro bajo una catarata.
Pare y sinestesia,
flor ante la que se arrodilla el Napalm
si sonase esta entropía
sería PAWM! en vez de BOOM.
23 abril, 2017
18 abril, 2017
373.000 HOMBRES DE ARENA
En este instante
373.000 hombres de arena sueñan ser volátiles
como los segundos,
el rastro de un borracho en Tromso
o primaveras
mojando las bocas ebrias de sus ancestros.
En este instante
sueñan con vehemencia la jugada del jaque,
el golpe en la mesa,
rodar y caer al suelo con su mazmorra de cristal
salir de dentro de los sueños de los otros
desaparecer
entre las partículas de la propia veleidad.
Justo ahora
deliran sobre la mesa de un parque hoy abandonado
entre hojas sin árbol -como desenterradas
por el blues de una banda de fantasmas tristes-
y ¡Joder! qué egoista el tiempo
entre dos ajedrecistas que ya no existen.
373.000 hombres de arena sueñan ser volátiles
como los segundos,
el rastro de un borracho en Tromso
o primaveras
mojando las bocas ebrias de sus ancestros.
En este instante
sueñan con vehemencia la jugada del jaque,
el golpe en la mesa,
rodar y caer al suelo con su mazmorra de cristal
salir de dentro de los sueños de los otros
desaparecer
entre las partículas de la propia veleidad.
Justo ahora
deliran sobre la mesa de un parque hoy abandonado
entre hojas sin árbol -como desenterradas
por el blues de una banda de fantasmas tristes-
y ¡Joder! qué egoista el tiempo
entre dos ajedrecistas que ya no existen.
17 abril, 2017
EN P/REFERENTE (VI): CHARLY EFE
un equipo campeón para él
no habrá día que no muera una utopía
sin error ni culpa
a manos del cabrón que no la merece
esa es la cruda miseria de este mundo
y yo pulcro
solo en valores que tengo que defender
nacen matices
pero en esencia suena la base de ayer,
sigo el surco
-nervios fonocaptores sin atajos ni trucos-
así descubro
a qué suenan los poros cuando hablamos de piel
cuánta dulzura cabe en la sal,
con qué se ponen esos locos del Straight Edge.
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