He echado mis cuentas y, siendo honesto
en esto de vivir sintiendo, hoy lo
quiero todo;
alguien hizo un drama y esgrimió
problemas,
lo resumí en "Pues nada, llama al
señor Lobo".
Apagado o fuera de cobertura,
hay elecciones y la democracia le
tendrá entretenido;
así que es tiempo de aprovechar el
tiempo,
hay demasiada música buena
como para que alguien elija seguir
siendo ruido.
Hablemos si quieres, vano y tendido,
de cómo el cobarde devora una
felicidad impuesta;
tumbémonos después a mirar la lluvia
de perseidas
mientras los nihilistas buscan a
tientas
una póstuma razón para justificar su
propio suicidio.
Es hora de tirar de la cuerda,
aprender nuevas alas, reformar el
prisma,
hacer más horizontal el mundo.
Imitar las camas al edificar los pisos;
amar sin vértigo la jerga
que convierte en aire fresco un
precipicio.
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