24 diciembre, 2011

Poético esperanto (IX): Nostalgia

Duros días de contradicciones sobre la piel del ayer...


Vago bajo las luces que brillan en las calles,

busco entre las sombras de mis recuerdos moribundos

esperando que Oriente no se olvide de mis recuerdos

y me traiga algún nuevo detalle donde la risa estalle.


Fiestas que significan para cada uno

las suertes y odiseas de su caleidoscopio de texturas;

lo que cada trazo de su vida quiso oportuno.


Y camino con mi alma escondida en un trozo de papel,

como los sueños de los locos tantas veces:

perdido en el dulce y eterno tiempo aquel

donde uno se limita a sonreirle a todo mientras crece.


Echando de menos la voz de tus Buenos días,

conversaciones sobre cualquier historia

mientras en un vinilo de Van Morrison suena Gloria

y en el humo de tu pipa viajan mis utopías.


Imaginarios copos de nieve caen sobre ruinas romanas,

mi soledad, llena de rabia, intentando atraparlos en vano;

fragmentos de momentos bajo la luz de otra mañana

se deshacen y escapan ante mis ojos, como agua entre las manos.

28 julio, 2011

Poético esperanto (VIII):Temblores


Nunca lo supo;

en sus ojos nacía el cielo

cada día hecho de enredaderas

y locas ganas de trepar.


Nadie le dijo

que era veleta del fuego,

que hay besos que nunca mueren,

incluidos los que no se dan.


Memoria eterna tras lo fugaz,

orgasmo de relojes rotos,

deseo sin trucos ni tretas,

aquella constelación en su piel...


Perdida en lo que nadie enseña,

soñando desaprender

y volver a volver

a delirar en otra playa sin nombre.

30 junio, 2011

Poético Esperanto (VI): Caladas

Sentado en la azotea sobre segundos hechos de humo,

te pienso en calma sobre ésta ciudad maldita

hasta aullar con el aliento que le queda a la luna.


Uno a uno, pasan los golpes de la aguja con sus recuerdos

e incluso tus lunares dejan alguna nota escrita;

una amenaza convincente al mazo que suele usar el olvido.


Bajo las estrellas nace una verdad universal por calada,

como que la suerte nunca se olvida,

hay luchas que no servirán de nada

y el destino tiene pocos comodines pero juega con tu vida.


Nace una verdad por cada mentira;

mil millones de perdones cuando nadie mira,

tus pupilas, como cada noche, buscando salidas

a las heridas, el tiempo perdido,

el desengaño y la fatiga…

A los momentos más jodidos que te imponen una huída.


Y en busca de judías mágicas

me subo a las últimas caladas que doy a la suerte

y cruzo la puerta de lo trágico

con el impulso, hoy en desuso, de no ser recluso

de la angustia que llega por telegrama urgente.


24 mayo, 2011

Poético esperanto (VI): Primavera


Aquella noche tenía una mirada interrogante,

creo que no sabía que quería

al verme desnudo en mi utopía,

con sus preciosas pupilas hechas de presente.


...

“Regálame algo irrepetible,

que mientras sucede nadie hable

y el recuerdo de la soledad tiemble”


“Pero no te conozco de nada.

¿Cómo pretendes que te invite a mi almohada,

donde mis secretos se esconden,

sin saber si toda promesa es una coartada?”


“No te pido que confíes en una dulce balada,

no prometo dulces sueños ni cuentos de hadas,

yo también estoy harto de odiseas y dramas;

sólo te invito a devorar éste instante , nada más”

...


Caricias en un precipicio de deseo insensato

caían sobre nuestros cuerpos como asesinos natos…

Recogimos la avaricia que vertían rotos sacos,

fuimos el vaivén entre deseo y placer que a otros mata,

compartiendo nuestra piel predispuesta al desacato.


Y la había invitado a delirar juntos en el techo

para hacer de carne y hueso nuestras quimeras,

pero las extrañas mariposas cruzaron el estrecho

que separa el invierno de la primavera

y devoraron todo lo que quedaba en mi nevera,

como manadas de instintos insatisfechos.


05 mayo, 2011

Poético Esperanto (V): Kairos


Escritores locos dibujan sobre lienzos de aire,

preciosas palabras que juegan al son del don nadie

adicto al fugaz delirio hasta el último baile.


Deja que desaparezca por ese callejón

la extraña sombra que dicta lo que fuimos;

susúrrale al cuervo que Londres es sol,

más allá de la niebla donde nos perdimos.


Deja que te abrigue el calor

que libra de mala sangre a la tierra,

enterremos el congelador

y mandemos cualquier dolor

envuelto en olvido, a la puta mierda.


02 mayo, 2011

Poético Esperanto (IV):Hielo


Cuántas veces te arrancaron,

zarpazo a zarpazo,

las entrañas de la propia inocencia,

cuántas lo hicieron

queriendo, pensando, ejecutando,

golpe a golpe,

como si no tuviera ninguna importancia.


Matan al niño mientras crece,

lo aniquilan día a día, año tras año,

mientras borran cualquier rastro

de sus huellas en suelos y peldaños.


Ignoran al anciano minuto a minuto,

antes del último aliento,

porque entonces recuerda quién fue,

pierde la memoria “útil”

y recupera los más extraños recuerdos,

en sus cerebros-ultimátum.


Así…Cómo esperas que no sienta

éste invierno cada madrugada

éste no sentir ya casi nada,

todo el frío que trajo el tiempo.


Por qué crees que sólo espero

que me lleven mis quimeras

hechas de rabias y duquelas,

mis breves delirios pasajeros,

un último viaje a donde sea.


Y el final de un estúpido cuento

que a ser estúpido nunca llega,

algún guión donde me espere

mi corazón barrido por el viento.



25 abril, 2011

Éter


Todo puede cambiar. Todos lloraremos en nuestros paraísos y todos acabaremos desmontados entre carcajadas en el suelo del más jodido infierno. Estar arriba y abajo. Estar y no estar. Tu soledad en lugares concurridos. La plenitud en tu lengua, que dibuja cálidas eses y desconocidos alfabetos en sus piernas, su sexo, su cuello, su boca.

20 abril, 2011

Poético Esperanto (III): Cronos



Ya se fueron aquellos años…

Se fueron todos,

a medida que ardían las horas;

se fueron,

calentando extraños minutos

al fuego lento de los segundos

que cada centésima nos devora.


Ya se va éste momento,

como se irán tantos otros,

ajenos a una nota de papel

donde le recordaba al tiempo

que es demasiado avaro.


Ya se fundió el tiempo

como relojes de Salvador,

como agujas sin ruedas,

como si a su salida el sol

no dar más calor quisiera.


Ya te vestiste de espanto,

prostituyendo tus esperanzas;

sabes que hoy nadie reza

si va disfrazado de esperpento

y cada vez que tropieza

olvida que existe un esperanto.


Y no miento,

si te digo que el movimiento

de cada uno de los cimientos

de esta casa maderera

es el tempo de un momento

que pudo ser la última calada,

el último cigarro,

el último aliento.


En cambio,

nadie recuerda cómo pasa todo,

y así mueren las madrugadas.

18 marzo, 2011

Poético Esperanto (II): Cosmos

En la luna se esconden las verdades, desesperadas,

hartas de que las desprecien, como si valiesen nada;

saben que acechan los egoístas que vagan en manadas

y sólo pueden bajar con los soñadores a sus almohadas.


En el sol hay una luz que a unos calienta y a otros quema:

no saber acariciar su brillo es someterse a su condena;

los desagradecidos olvidan el reflejo y se aferran a las cadenas,

y sin más esperan a que se los lleve su soledad.


En las estrellas se esconden sueños tan bellos

que incluso aniquilados brillan,

y cada instante vestido de destello

es un resplandor inmortal, de lo eterno su semilla.


En los relámpagos van malditos y amantes,

el amor y la rabia en un mundo aparte

escribiendo su historia sin olvidar que

ni el momento ni ellos serán como antes

una vez que vuelvan a despertarse.


Y en las nubes…

¡Oh, en las nubes!

Ahí sólo se encuentran

los versos del poeta

al paso de sus sentimientos,

tan libres como el viento

cuando juega con las cometas

y la veleta de sus secretos.

06 febrero, 2011

Poético Esperanto (I): Nadie

No apuesto por nadie porque nadie sabe lo que vale,

nadie se quiere tanto como puede ni busca sus alas

para ser carcajada antes de que la muerte se lo lleve.


Nadie es una duda escrita en el abismo donde el odio hiere;

nadie sabe lo que es el amor ni que al arrancártelo siempre duele

ni sabe que cuando más lo necesitamos sobre la miseria llueve

y las gotas haciendo cosquillas en tus mejillas dicen: ¡Sonríe!

Un latido suele ser breve pero nunca muere.


....

31 enero, 2011

Inocencia


Aprendí a volar cuando era niño. Lo hice demasiado a menudo como para necesitar mis alas y te las regalé por si querías ponértelas cuando todo te supiera a suelo y nada deseases más que enamorarte.

Estabas preciosa con esas alas. No eran ellas sino la sonrisa que dibujaban en tus labios, ajena a todo. No eran mis viejas alas de cera, casi derretidas después de muchos años queriendo dar gracias al sol por ayudarme a sobrellevar las frías madrugadas donde todo era bajo cero. Tu sonrisa se delataba unas centésimas de segundo antes por el brillo de esos ojos abiertos, un brillo adicto a descubrir algo nuevo, harto de deudas con sus dudas. Y marcabas los hoyitos de tu cara, que dejaban paso a labios-misterio, labios-esperanza, labios-carcajada. Labios-tú.

Aquella mañana, cuando me dijiste que ya no necesitabas nuestras viejas alas de cera y pensabas tirarlas, no supe qué decir. Estuve un rato sin articular palabra alguna. No rompí a llorar, no me enfadé ni nació el típico rencor de post-parto. Tú me preguntabas Qué pasa, me decías que Si quería podía quedármelas. Yo asentí, me levanté y cerré la puerta tras de mi. Por primera vez en mi vida, había sentido la necesidad de cerrar una puerta para siempre. Estaba decepcionado. No habías comprendido nada. Nunca supiste para qué sirven esas alas de cera que, evidentemente, a nadie hacen volar.

19 enero, 2011

La suerte nunca se olvida

A veces suenan campanas en la estación

aunque nuestro tiempo sea carretera;

siempre que nos encontramos

nos reimos de las agujas del reloj,

y no ocurre a menudo

pero la suerte nunca se olvida.


Nacen lo dulce y lo salaz

como nacen los besos entre bocas

y la claridad entre el hambre y la sed

a los que el instinto nos aboca.


Y descubro otro secreto jugando al escondite en tu nuca;

no sé si normalmente los ángeles se visten de demonios

pero por cómo te visten tus ojos intuyo que el truco

está en guardar silencio mientras ese secreto me educa.


Así siento cómo llega el éxodo

y en la cama se acomodan

el silencio, tus ojos y los electrodos

de nuestros cuerpos sin más aforo

que el vuelo de las horas

contigo y nuestra dulce prórroga,

las caricias que sin decir dialogan

al son de tus pupilas cardiólogas

y en mi memoria se acomodan,

en esa cálida y eterna eslora

de lo que adoras y luego añoras.


Desahuciamos a ésta vida rápida

entre las sábanas y otros hábitos,

jugamos durante horas a morar

momentos antes imposibles

y mientras te vi marchar pensé…

Tú que puedes, regálame algo increíble.


Luego sólo nos dijimos:

un abrazo y un beso de andén,

y siempre que te recuerdo sonrío,

pero cuesta despertar...