02 mayo, 2016

"TSSS...¡CALLA!"

Suena suave la música con las manos sobre el volante
y el corazón despistado en el atardecer ámbar,
salpicándolo a ratos de trazos verdes y malvas
como si describiesen la forma en que,
de tanto intentar evitarla, se ha vuelto inevitable.

Adentro el pájaro azul de Bukowsky,
que canta como un loco cuando la ve.

Con una rara alegría le dije "Tsss...Calla!
si ya te dijo que no podía volver a pasar
-y acaricié sus alas inquietas-
Recuerda la rara pena que nos deja después".