28 diciembre, 2014

DECÁLOGO DE LO (A)SOCIAL (VII): Un simple dios

Quién levantará un pañuelo blanco
entre tantas guerras cotidianas,
el grito absurdo, la garganta hinchada,
las bocas sin versos ni valores
que se dejan la piel por todo menos nadie
y rápido apilan cadáveres
si no hay escalones para subir a su baile.

No vale todo, no, 
toda esa mierda no puede valer;
por frío que fuese el invierno
y mal que nos educasen.

Me simplifico en la negativa,
a veces casi automática
y a menudo desesperanzada,
a comprender la transformación
del inocente en mala persona.

Por mucha frustración,
erróneas ambiciones y posiciones
que genere el falso orgullo
de quien adquiere poder
o a cualquier precio lo quiere.

Aunque suponga dolor
para cualquiera que no sea Yo
en el carnaval de hijas de puta
que antes de ser flor
forzaron raíz, tallo y capullo
renunciando a ser otras.

¿Dónde quedaron?
Qué hay debajo de esa máscara,
si les quitas la cáscara
de las circunstancias, el telón,
los flashes y las modas.

El gobierno y la oposición,
faltando a su escaño
para planear la contención.

Del ego a la dictadura,
hay sólo millones de cómplices
tolerando a un simple dios.

DESCUARTIZANDO

Apenas te vi pasar
por la calle del ajetreo desmedido,
como un reflejo agarrado a una guitarra
descuartizando soledad de ruidos.

Sólo pude ver tu pelo, tus caderas,
la forma en que confundes el rastro
de los caminos cotidianos
con las veredas a un mundo perdido.

De espaldas,
como sueles desde que estalló la costura
que nos ataba a la piel de aquello;
epidermis nuestra
o de otros que ya no somos nosotros
por mucho que hayamos querido.

Para los creyentes amor.

Para los ateos química,
impulso de constru y destrucción,
principio de locura.

Consecuencia de haberte vivido.  

QUE MÁS DA

Hay ruidos estremecedores,
ahí fuera y aquí dentro,
unos demasiado vacíos 
y otros demasiado llenos.

Qué más da, me dice el pájaro cantor,
posado en la ventana
y cansado ya de testimonios.

Qué más da, si son solo ruidos,
existen tantos y todos tan iguales
que de nada sirve regalar oídos
a quien ahora alienta tu rencor,
tu sufrimiento, tu rabia o tu odio.

Entonces el pájaro calla y empieza a cantar
y su melodía suena a sol de invierno,
a la boca abierta del callado amor,
a mueca sonriente en la cara del olvido,
a risas en serie fundiendo sin negro los episodios. 

Y yo me revierto,
dejo las entrañas escapar
mientras adentro bailo
primaveras de descompuestos eneros 
y diciembres en Mí bemol para fuego,
violines con tam-tam
y triángulos arrítmicos buscando su podio.

Pero a medio cantar,
el pájaro languidece y empieza a desafinar.

¿Qué te pasa? Le pregunto.

“Me salió una bestia que ya ni recordaba,
de cuándo el pasado me hizo de graznidos
y me vi enjaulado en mi propio soliloquio”

Son agridulces
hasta las metáforas aladas
que nos brinda la simple y bella locura,
le dije.

Respira, 
que recién amaneció y ese sol todo lo cura,
sea la herida saco de aire o tachado folio.

10 diciembre, 2014

LA PRÓXIMA INQUISICIÓN

Todos los inviernos
me habla de las pasadas primaveras;
en verano del siguiente otoño,
en fin..Un caos,
se ve que duda de cualquier estación.

Cómo estás, qué es de tu vida,
recuerdas cuando...Crees que fue amor.

Respondería interrogantes, pero pongo la tele
y el meteorólogo anuncia
intervalos durmientes
entre el Ahora y la próxima Inquisición.

Ay, si yo te contara
que contraté a una médium
para hablar con un Yo pasado
que lloró por tí y en el plato de ducha,
con cierta hipocondriaquez, se ahogó.

La muy hija de puta
rió durante varias décadas
y al final, con cierta sorna dijo "escucha:
sigues igual, yo te pongo unas velas,
pero el diagnóstico es fantasmalmente atroz.

Hazte un favor y responde expectante Sí
porque sigues anclado en el No".

PERVERSIÓN DE LA SOLIDARIDAD

Salen los cíclopes de su cueva.

Siempre lo aplastan todo
salvo para guardar las apariencias.

Masas de carne sobre esqueletos
hinchados de ego y ya.

Placas de hielos bajo un disfraz,
gargantas azules soltando palabras
que dicen lo que no hacen...
Síntesis de una revisitada verdad.

Millonarios en programas basura
llorando por no poder ayudar
en la miseria que su empresa crea.

¡Menudo margen para falsas odiseas!
Que escriban un cuento y lo relean
a sus hijos, parientes, cómplice, quién sea...

Propongo de título
'Perversión de la solidaridad'.

LA PAZ TUMBADOS

Sus ojos distraidos creando mundos, 
su boca, reino de muecas, 
invadiendo hasta el suroeste de mi pecho. 

Sus ideas, germen de hipérboles 
a medida que conversa; 
heroínas y villanas de cine mudo 
bailando historias inéditas. 

Una carcajada con doble sentido, 
la mano debajo de la mesa, 
los pies sin más se acercan 
para decir "después" sin hacer ruido. 

Entonces su cuerpo, entonces el mío, 
donde sea el mutuo homicidio; 
durante besos, durante tactos, 
y tras los cuerpos, la paz tumbados.

OCASO

¿Qué son esos gritos repentinos?
Viento voraz que rompe los muros
de esta feliz e ingenua guarida
que desde niño fue mi mundo.

¿Acaso mis propios demonios?
Que por ignorarles escaparon
de estos frágiles adentros
y ahora vuelven para dejarme
sin una puerta a la que llamar
cada vez que me derrumbo.

¿Es que el odio, el desamor
o la honda tristeza
nunca dejan descansar en paz
lo que uno da por muerto?

Y se sacian creando ruinas,
haciendo volar la ropa
de armarios ya sellados,
sacando recuerdos embalados
en las cajas de la Nada
donde decidí meterlo todo.

¿Qué queréis de mí?
Ya enterré vuestras miserias
donde el tiempo devuelve una flor.

Corro hacia ninguna parte,
esperando que cuando regrese
haya vuelto a salir el sol.

17 noviembre, 2014

TAN CIEGO

Voy tan ciego que sí veo. 

Prosodia de sordomudos subtitulada en las aceras; 
pasos de peatones para pies descalzos y sin heridas,
ambulancias invisibles con corazones rotos y ojos asustados 
que no creen en los remedios de la razón esquiva.

Sirenas apagadas y médicos sin bata,
la sangre se desentiende
y los goteros en consonancia...

Todos dicen “te hará más fuerte si no te mata”
camino del Hospìtal Mañanaseráotrodía.



Quién sabe qué hora será: 
los camareros hacen hielo con los relojes
y el vaso medio vacío vuelve a estar lleno. 

Que si la esperanza se vierte, el segundero se lía, 
y según pides fuego, 
el mechero le arranca a otros dedos la apatía.

...

Voy tan ciego que te creo,
si me dices que el mundo es nuestro
y del planeta azul a esa sonrisa
hay tan sólo un firme salto.

Voy tan ciego que, por postureo,
me haré el tonto cuando despertemos
pero en mitad de la noche,
mientras duermes, te daré un abrazo.

Como si la vida fuese un plato roto
y en ti se uniesen todos los pedazos.

16 noviembre, 2014

ROMPER

En el clamor de otra batalla muda
contra la prohibitiva oscuridad
intento abrir mis pupilas
desde tan adentro que todo duele.

Despellejada noche de sonámbulos
y bisagras avisando estridentes
de las cancelas violadas,
perros con veneno en el filete
y huellas que hasta la siguiente mañana
nadie sabe de dónde proceden.

Nadie deja rastros en la linterna malva
que pretendía testigo
al asombroso espasmo del atardecer;
y la belleza suele guarecer
de las tormentas a quién no teme la lluvia
y se asoma sin miedo a mojarse
en un mundo donde mojarse es sinónimo de perder.

Me declaro perdedor en esta guerra cruel,
mi meta nunca fue un trofeo
estando tan metido en el timbre del recreo
donde niños con una pelota juegan
sin temor a cuántas ventanas tengan que romper.

ANIMAL

No sé cuánto pesa el animal en el que,
si me quitas todo lo que, 
en el fondo,
no me define ni me importa,
me quedo.

Cuántos kilos se llevan
en la carnicería de la vanalidad
si me despojan
de lo impuesto, lo mal aprendido
el falso orgullo y los nuevos miedos.

¿Estaré acaso raquítico,
y me llamarán para pasarelas
de modas para flashes y lecciones
en diceseis novenos?

No creo.

A veces imagino mi propio entierro:
suenan las campanas, llora gente, 
hay mejillas graves y verbos embusteros.

Nadie al día siguiente,
pacto entre la vida y el olvido mañanero.

Sólo un perro acostado sobre mi tumba,
oliendo y ladrando preguntas,
qué haces ahí, cuándo retomamos el juego.

Puede que pese lo que él,
en alma o algo parecido,
no en kilos, litros ni ego.

05 noviembre, 2014

RESISTIR

Sólo una luz
me habla de la noche,
a menudo la miro y me pierdo
en su extraña intermitencia;
como vieja y estropeada
pero empeñada en volverse
para decirle al caos
que ella aún existe y nada le puede,
ni mucho menos las apariencias.

Sólo un espejo
me habla de quién soy
sin mostrarme a mí,
centrado en las arrugas
de la piel que vive su propia locura
en una mueca amiga,
caricias diurnas, noches repentinas,
sonriéndole a su suerte
la cicatriz cerrada sin sal que duela,
a su vera en la dulce mañana
de esto que llaman vivir la vida.

Sólo una ventana puedo abrir
en la habitación del tiempo
donde las agujas se rompen
si me guardo el aliento
cuando aparecen los fantasmas,
en vez de perder el tiempo
quitándoles la manta
para gastarlo en ponerles a parir.

Sólo una persiana puedo subir,
muchas alas venden
pero sólo las mías me ayudan a volar
y no hay euros que las paguen;
ni más sastre que las sepa arreglar
que uno mismo
cuando el vuelo deja una estela hiriente
y el karma pega tan fuerte
que se esconden por sí solas.

En una caja sin más clave ni llave
que volverme a mirar
ese espejo sin mí
bajo la luz vieja que todo lo sabe
aunque amenace la aurora.

Sobretodo resistir.

22 octubre, 2014

ANATOMÍA DE NUESTROS MUERTOS Y DELIRIOS (ALLÍ)

Sigues con los ojos tan abiertos
y la mirada tan perdida
como la estación en la que te conocí. 

Dicen que hay muchos años y muchos trenes
y todos llevan a lugares preciosos,
que por qué coño no puedo dejar de insistir.

Putos profetas, 
reduciéndome la existencia
a la obligación de pagar la cuenta,
ponerme el abrigo, decir Adios y salir.

Como si fuese una marioneta
de lo que esos dicen y aquellos inventan
en la osadía de empatizar sin comprender
y querer ayudar sin poderte sentir,
tan empeñados en sus propias vidas
de suertes o de rebaños
que también quieren arrastrarte a tí.

Ya escapé y ya me perdí;
estravío facturas, brújulas y relojes
y no hay días, números ni direcciones
en los que la razón me haga tan feliz.

Ya vomité, intenté olvidar
y en la agonía de la amarga memoria
pinté mi amnesia con cuentos de barniz...

...Después arañé y volví a encontrarte
acariciándome la locura,
desvistiéndome de miedos y de prisas
por encontrar la propia libertad;
arrancándome toda fuerza de la camisa
que desde niño me tejió la autoridad,
y volví a saberte decidir.

Dicen que hay muchos años y muchos trenes,
pero sólo una estación,
sólo una, de la que nadie suele salir.

Pero tú sigues con tus ojos tan abiertos
y esa mirada tan perdida
que ahora pienso si no estabas ya allí
el día que te conocí.



20 octubre, 2014

LA CASA DE LAS FLORES

Hay un caballito de madera
entre las ruinas de esa vieja casa.

La llamaban "la de las flores"
octogenarias cotillas de esa calle
la perpendicular y la de más arriba
que al fresco de la medianoche
se delataban sutiles y envidiosas,
especulando sobre cuándo marchitarían.

Que si las riegan todos los días,
que si mañana o al otro se olvidarán;
que si finalmente ocurre
y se cierra el foro sobre esta distopía
qué nuevas alegrías
tienen pa'abanicarse antes de irse a acostar.

La llamaban "la de los ruidos",
niños chillando, niñas riendo;
madre y padre gritando,
padre y madre gimiendo...
Según pudiesen cuidar a sus hijos
o delegasen en los abuelos
en la caótica complementariedad
de inocencia, amor y deseo.

Ya no hay tejas ahí arriba,
ni una cuarta en sus paredes
y dicen los fantasmas
que todo juego y pasión han de acabar.

Pero el caballito de madera
no está tumbado
y quienes lo compraron
se regalaban ramos
pensando en compartir una vida
y poder despotricar al fresco
sobre absurdas coronas para funeral.

19 octubre, 2014

GRAVEDAD

Un hombre anónimo salta,
cansado de caminar bajo soportales
mendigando comida, dinero
y algo más necesario que nadie le da.

Harto de buscar y beber cartones
para taparse los dolores
que a ostia limpia dan el frío y la soledad,
porque las cosas se han torcido
y nadie da una acepción social a perdonar.

Cuántas veces pensó en la libertad
del "no poseer, nada que perder, todo por ganar";
proyectando en el horizonte un rojo cobrizo
tan caliente que si lo tocas caes bajo un hechizo:
vivir adrede y adrede jugar con la gravedad.

Así que estira los brazos,
en el deliro del litro y medio de Conquistador,
y cuando retoma la conciencia
sonríe con la timidez que suele sobrecoger
a quien se ve tan cerca el sol.

...

Mientras, 
la reina de corazones ha entristecido,
sentada en su trono para esclavos;
se enamoró de un hombre con extrañas alas,
ojos de príncipe y barbas de mendigo
que antes de ayer vio sobrevolar
su añejo mundo de los deseos encapotados. 

Desde allí arriba la invitó a volar
pero no sabe por dónde empezar
vistiendo tan molesto y pesado abrigo.

Que pegada a esos brazos oxidados
y una anticuada corona
no la separa del suelo
ni la suma gravedad de los suspiros.

¿Cómo cambiar la autoridad
por la rebeldía que llega a deshoras
cuando nadie la educó en la demora
de no poderse despegar?
...

Caronte desde entonces
se aburre de tantas sombras y monedas;
pues no quiere esperar cien años
para mostrarles que todo puede cambiar.

Cabizbajo, suplica a Hades
que quiere ir más allá del Aqueronte
y una sirena condenada
le habló de óceanos y playas
donde el viento sopla tan fuerte
que parecen uno el cielo, la tierra y el mar.

El dios, confuso, se enfada;
"de los difuntos a los enamorados", le dice,
hay mucho trecho y ya tienes varias fechas
para centenarios que no supieron reaccionar.

La excusa fue tan barata
que el barquero inventó sus propias alas,
y con un velero volante
izó su propia bandera y abandonó la oscuridad.

...

Pues todo puede ser mucho más simple,
olor a café, salir a la calle, 
reirle a la vida cuantas veces te quiera retar;
reescribir un sueño que anoche te salió triste,
que cuando suene la alarma 
los segundos cobren mucho más sentido,
ajenos a la obligación de tener que despertar.

13 octubre, 2014

COÑO

Un músculo en la carne de lo inevitable
y el estómago que se encoge de repente;
hay tanto que no vives si no sientes...

...No olvides cómo era entonces
el páramo de un amor adolescente,
de nervios en julio y adioses en septiembre.

No digas que no sabes
de la imposibilidad de parar de retorcerte
en el charco de esa puta locura
agarrada al pecho, comiéndose las pausas,
susurrándote al oído: "sé que no me esperabas".

Se bebe las primaveras
y sabe hacerlas caer de trago;
camina de pie sobre mares
escupiendo burbujas de ahogados
que olivdaron la consecuencia de amar
y prefirieron cruzarlos a nado.

No le importa si hace frío,
pasa en mangas cortas todo el otoño;
ocupa tus pupilas y la mira
para zanjar la guerra con su ley de vida:
los besos en la boca, la saliva en el _ _ _ _ .

27 septiembre, 2014

ESPERANTO EN PROESÍA (II): CLICK

A veces despierto en el sofá y, mientras hago café, sonrío pensando que la cama ya está hecha. Subo las persianas, enciendo la radio, BLABLABLA, apago la radio, pongo el primer disco (suele ser el mejor) de cualquier grupo y me ducho también en el salón para que el sofá no se ponga celoso.

El salón es el sitio perfecto para hacer el gilipollas, como la plaza del pueblo, la cola de la pana/frut/pes/carnicería, cualquier escenario donde se lleve sobreactuar o, culmen de la decadencia social, el plató de televisión donde discuten cerebros con billetera más desordenados que la conciencia de un antidisturbios.

Abro el tenderete y cuelgo un calendario de 2019 que sigue empapado de ayer, cuando me dio por menos pensar y más vivir. Que cuando más llueve es cuando me da por salir; después vuelvo y me seco acurrucado, mientras mil gotas se dan de ostias contra la ventana. Les hago burla como si fuesen una versión noventera de mi hermana, y pienso con mi neurona mexicana “Ahorita sí”. Es ese, justo ese y no el antes, el después, ni el ahora que (ahora) (ahora) (ahora) rápido se acaba, el momento en el que más me gusta escribir.

Como si algo o alguien tuviese un ratón conectado a tu cabeza y de repente le diese, CLICK. 

El café ya huele a armonía simple y perfecta y esos dos pósters me recuerdan que hay ciudades en océanos y cielos que aún no he visitado ni imaginado a mi manera. Una genial fotografía con una TDK rota me recuerda que a veces no rebobinas ni con Bic, pero esta noche hay concierto y cuando ese viejo tema suene botaré como si Sí.

Enciendo un cigarro, abro el cuaderno, la tinta de ayer se ha corrido y ahora es verde, color Savia nueva. No sé qué palabras tapa esa enredadera, pero subo a ver adónde me lleva. Con el bolígrafo en la boca y los ojos bien abiertos, se me tensan los brazos, el estómago y, según subo, caen los 317 post-it de tareas pendientes que tengo pegados en las suelas. Son amarillos y saben que no cuela. 

26 septiembre, 2014

ESPERANTO EN PROESÍA (I): VOMITANDO EN GOTHAM

Ya apenas quedan treguas en tu coño, y la guerra se parece, cada vez más, a un genocidio múltiple sin barricadas, como si las razones de quienes un día me llamaron loco se hubiesen vuelto universales. Ya apenas quedan gemidos en el cabecero de tu cama, al menos de esos que a ti te saben a sincericidio y para mí son bella poesía. Y en la escasez de tu voz y la multitud de mis silencios, me siento cada vez más contradictorio, cada vez más solo y abocado a falsas suposiciones... Si hoy apenas nos comprendemos ¿De qué nos sirve la mutua compañía?

Siempre fue así. Hoy eres tú la cuerda floja y yo quien intenta hacer equilibrio y se da de ostias contra el suelo que tiende la cruel verdad. Ayer fue al revés, y esos cristales que me encuentro en cada caída parecen una venganza, cuando probablemente sean casualidad en la fría tarima que a veces nos tiende el karma.

Dile a la reina de corazones que guardas dentro que me olvide. Nunca aceptaré órdenes y menos si están congeladas en un laberintos donde no tengo esperanzas de ver el cielo. Recuérdale que ya sé de las artimañas que nos depara el ego. Que según te veo por la calle Tentaciones saco un primer plano y le prendo fuego.


Que ya lo intenté y van muchos años de lucha contra ambos, Tú y Yo, y termino apagando mi propio incendio desde los sutiles dedales para puntos de sutura donde es cada vez más difícil coser mis enfrentados hemisferios: sinecuarzión y creactividad. 

No le des al autocorrector, que otra vez te vas a equivocar. Sobre cuánto te quiero, y cuánto me desmonto cuando tú dices siempre Ahora y yo ahora interpreto Siempre en la cena para idiotas que cada noche convoco/as entre las fronteras de Gotham sin miedo a vomitar.

23 septiembre, 2014

DECÁLOGO DE LO (A)SOCIAL (VI): VENDIDOS

El periódico anuncia un nuevo pacto
que perpetúa la distopía;
en la tele te engullen con imágenes
y en las redes millones de cápsulas
desenfocan la realidad
bombardeando con ajenas perspectivas
que enmudecen a quien grita. 

Ya no hay un objeto claro que mirar
si te hablan de cadenas;
ni la suficiente distancia
para que veas el problema
con una mínima y necesaria subjetividad.

Cámaras perdidas en tiranas ecuaciones,
el salón es escenario de otra cena para idiotas;
confabulan tecnócratas y reinas de corazones
para que el ego y el rencor exentos de humanidad
obtengan la mayoría que los tiranos compran.

Y en las entrañas del laberinto
unos pocos se encuentran
justo donde tú te pierdes:
unos envenenan la manzana
y otros tan sólo muerden.

Lo malo de cualquier circo
es que si eres raro te encierran,
si no pagas no entras,
si no sonríes desconfían y te echan,
y en cualquier caso tú pierdes.

Y pocos se quedan fuera
haciendo malabares con fuego
y fumándose carcajadas 
sin miedo a una enmienda
impulsada por quienes cuecen
todo lo que su nada enriquece;
esos muchos que siempre te comen
pero por dentro nunca crecen.

Pocos dicen quererte sincero
y, de esos pocos, muchos te mienten.

21 septiembre, 2014

ALBA

Cada vez que me hablas
veo un puente entre tu boca y la mía
que da vergüenza cruzar;
miro a ver si por debajo
me tiro de cabeza y cada certeza
se vuelve caballito de mar.

¡Qué difícil galopar!
Con las espuelas del tímido
clavándose nada más empezar a trotar;
pasé de sólido a líquido
y según me derretía
empecé a cagarme en la libertad.

Dime qué me das,
sin apenas conocerte,
si esto antaño no me pasaba
y solía navegar
incluso con sirenas trasnochadas
en la barra de cualquier mar.

Será esa creciente capacidad
de desnudar los mismos problemas
con un golpe de mano:
abrir el puño, articular los dedos y a gritar.

Que a mí ya me fusilaron al alba
y prefirieron volver a olvidar,
pero tengo una caseta en cada cuneta
para celebrar la agridulce victoria
de haber aprendido a rechistar.

HIELO

A menudo despierto sudando 
en los amaneceres fríos 
de las sábanas tiradas por ahí. 

Odio soñar congeladores llenos de fuego, 
latas enterradas con músculos despiertos, 
cajas de zapatos, bolsas de basura 
y ataudes para recuerdos, 
cosas que uno encierra para no volver a abrir. 

Bostezo y froto mis ojos... Aún da miedo 
seguir tan metido en la sala de animales de hielo 
que para olvidarme pulí; 
uno cada vez 
y todos muy parecidos al primero, 
con esa arruga disimulada entre la frente y los tobillos, 
que con un punzón maté, creyendo que me iba a sobrevivir. 

Dónde está el conserje 
de mirada inquisidora que guardaba el llavero 
y me alejaba a ostias de allí 
cuando me veía rondando ese invierno, tentado a repetir. 

¿Sería yo mismo? 
Que incluso disfrazado caí 
en las dudas del doble filo de atreverme a prohibir; 
que entré y me ví, inmóvil pero vivo, 
en cada una de las estatuas 
y tuve que correr por si me congelaba también a mí. 

19 septiembre, 2014

MIEL

(I)

"Míralos,
como si el cuerpo no les pesara
y debajo suya quedase el tiempo.

Si se cansan
descienden y se posan
sobre la calma 
que crece de las raíces
para darles un nuevo aliento.

Y de nuevo arriba;
a veces visitan nubes
otras vuelan a ras de suelo.

Así es la vida, hijo,
elijas lo que elijas
nunca dejes que los vaivenes
ni las coartadas ni los espejos
llenen tu alas de miedo.

Para, si ves que no puedes,
respira
y recuerda qué las mueve
antes de retomar el vuelo"

(II)

Los pájaros echaron a volar;
hace años de aquello, 
desde tus ojos color miel 
me enseñabas a mirar,
yo les seguía boquiabierto,

Qué fácil era
ver cómo mengua la luna 
con tus dedos señalando constelaciones 
en la segura calma de nuestra duna,
con una mano hundida en arena 
y la otra agarrada a la tuya. 

Qué simple,
desde tus pupilas aventureras 
ver un mar sobre el desierto 
y sumergirnos a observar peces 
de colores casi eléctricos. 

Hoy yo soy tierra bajo aquel mar 
y tu memoria 
está hecha de pedazos de cielo; 
si supieras
cómo me obligas a reflotar 
para honrarte los recuerdos...

Los pájaros echan a volar, 
les intento seguir
como entonces me decías,
pero no siempre puedo 
y vuelvo a tus ojos
para mirar desde las uñas
de nuestras viejas entrañas
y arrancarme el puto miedo.

Si acaso llorar como entonces,
despojando a las penas de profundidad, 
una rabieta y hasta luego.

(III)

Hoy he sobrevolado aquel lugar
y a la altura de una extraña isla
con forma de boca,
a cada segundo cambiante,
el tiempo ha parecido una carcajada
y me he acordado de tí.

Te escribo,
desde una de tantas ramas
de tantos estados de ánimo
que en los escondites de esta locura
he tenido la suerte de descubrir,
para decirte que lo conseguí.

11 septiembre, 2014

ANATOMÍA DE NUESTROS MUERDOS Y DELIRIOS: Callada locura

Ya no quiero en la garganta
cuerdas de testamentos,
ni pulmones negros de pena
para deseos sin aliento.

No más drama en esas camas
de celulosa blanca y frustrada
por la ausencia de bellos verbos
que les dejen hacer sentir
la inmensidad de mecer gritos,
que tan eterno y dulce es su peso
diciendo más incluso en silencio...
Callada locura que al caer viví.

No me aburras con mentiras
ni esquivas estrellas fugaces
atadas con cuerdas y bridas
al cabecero de un sueño añejo.

No me digas que no sabías
ni des vueltas a la cárcel
donde voluntariamente me metí
antes de saber que sería así.

No me pidas lo que nunca me diste
pensando en lo que no te prometí
si en esa mueca triste que sacaste
del bolsillo de nuestro desastre
sólo hay trizas de un instante
y no de lo que hasta ayer
era siempre contigo,  nunca sin ti. 

SEGUIR

El niño sabe de sus arrugas
sólo si se pone ante al espejo;
y de sus años, y cuántas rayas,
sólo si atiende al DNI.

El niño sólo se pudre
si hace caso a lo que otros dicen
y olvida qué aprendió sólo
o con personas que le educaron
sin imponer ningún matiz.

El niño sólo crece pa'dentro
si juega con sus iguales
y aprende valores por sí solo;
a veces no deja de llorar,
otras es turno de sonreir
pero, sobretodo si no controla,
aprende a escucharse
en el dificil trance de decidir.

El niño cumple decenas,
sonríe y apenas se entera;
es el verdaderos maestro
en la asignatura de (HOY) Vivir.

Rompe ese puto espejo,
no olvides que en Nunca Jamás
desaparecen tiempo y complejos
y los niños "perdidos y etcétera"
aún se entregan y vuelan;
no llevan falsas alas
ni te cobran con una moneda...

Sin verse a sí mismos
es más fácil no enjuiciarse
y, simplemente, seguir.

10 septiembre, 2014

DECÁLOGO DE LO (A)SOCIAL (V): PUT@

Lo que les gusta
venderte la libertad al contado,
fajos a cambio de dados
o barajas de cartas para jugar.

El mundo es un/a put@ divergente**
que te folla y te miente
cuando piensa en gemir y mirarte
a la vez que en cobrar.

Fichas sobre el tapete,
ases en la manga y falsa voluntad;
los hijos de puta siempre ganan,
tú de antemano pierdes,
ley y trampa son muecas hirientes
que pasan desapercibidas
y determinan la partida con impunidad.

Esquiroles de todos los colores
y uniformes conque les quieran disfrazar:
el camarero que sirve Chivas
y descubre las cartas en la tercera baza,
el portero que sabe quiénes
pueden salir del edificio sin cobrar...

Ten cuidado si sobre tu silla
se sienta su imprevisible amenaza,
el juego siempre está abierto
hasta que al soprano le deje de gustar.

((** Protocolo de Kioto))

ORILLA Nº30 (II)

Intento ser un náufrago
en éste mar de errores,
nado con todas mis fuerzas
pero no sé dónde está la orilla.

Acaso no existe isla
lejos del viejo continente
y el horizonte es un espejismo
de algo que ya no existe
por mucho que uno resista
y quiera ser superviviente.

Intento cambiar de dirección,
hacer lo que siempre quise
aunque la lenta muerte no entienda
del difícil don de perdonar;
aunque hoy nadie distinga
entre luchadores y sumisos tristes,
los barcos de la memoria
no lleguen ni a los arrecifes
y sus tripulantes terminen por apostatar.

Acabaré en las profundidades, 
sentado en una silla sin nombre
que sólo el fondo sabe sujetar;
agarrado a un invisible papel mojado
que el cruel pero veterano olvido
convierta en simple despiste...

En otro ahogado contra su propia voluntad.