19 mayo, 2015

SIMPLEMENTE ARDE

Qué delirio
comprimir kilómetros, girar manecillas de relojes,
quemar futuro de calendarios, verterme en bidones
y mirar las sombras siendo el fuego de esos ojos.

Qué tontería,

piensa la luna cómplice que nada dice;
qué va a decir, si ya he prendido
y mientras más me avivo menos me comprendo.

A la luz del día vendrán

perros sacando a hombres a pasear
y quizás se detengan a oler las cenizas.

Quizás algunos ojos las vean entonces

y la boca de alguien emita un juicio razonable,
cuando ya no exista allí ni quiera,
tan harto de tener oídos para escucharles
puestos de estereotipos y orgasmos precoces.

Seré viento entonces, sólo viento,

fuera de mi frío cuerpo
donde el aire sobrevive a las voces.

Donde la nieve muere humeante

y, sin pasar por agua, simplemente arde.

Sé lo que vivo y no es un sueño...


Ya lo escribió Ángel González.

17 mayo, 2015

TOURMALET

Me cuesta no pensarte,
en la inconsciente revuelta de neuronas
que sin permiso levantan su voz
en mitad de la clase, contra el ajetreo de esa calle
y los despistes hechos murmuros en mi cabeza.

Me cuesta no pensarte
en mi improvisada teoría de tus mil maneras:
tan cotidianas como preciosas
cuando sonríen, cicatrizan o, sin más, se desperezan.

Me cuesta no imaginarte
en tu distraida condición de pasajera
leyendo junto a la ventana.

No proyectar tu sano apego a la vida
sembrando campos de latidos, oliendo las flores
que crecen pletóricas desde la rama;
enfrentada a problemas, despejando temores,
haciendo reir a la X cuando es igual a drama,
poniéndole y ajustando las bridas
que la sostienen a un valiente "Cada mañana".

Me cuesta no pensarnos 
compartiendo la piel erizada entre las telas
cuando el rocío te abre los ojos,

o cabalgando onomatopeyas entre las viñetas
de un dibujante que ríe trazando
el Cómic más divertido sobre dos locos dichosos.  

No regalarte el olor del café
si anoche te pudo la duermevela
o el sabor de la cara C de una tostada,
si los sueños te dieron hambre
con su incansable síndrome de Estocolmo. 

Me cuesta dejar estar a los Imposibles,
dejarles hacer con su adicción a los cerrojos...

...Tan absurdos, tan de mentira, tan poco creibles,
pero a la vez tan jodidamente reales
cuando sacan un reloj y un mapa de su placa
para anunciar su distopía: nueva orden de desalojo.

A(L)TAJO

Caminé de puntillas durante todo el invierno,
por miedo a despertar a los monstruos de un sólo ojo
que, a pesar de su tara, ven en 3D tus pesadillas.

Sin querer tropecé al final del pasillo,
les sentí moverse y me dio dentera
mas, por suerte, ya no podían alcanzarme.

Tenía tres cuartas de cuerpo bajo las luces,
había caido de bruces, sí, 
pero bajo la puerta de una nueva primavera,
donde casi ni duelen las costillas.
  
El salón estaba lleno de ventanas,
tantas que me costaba distinguir la pared...
Tantas que la atravesaba, sin querer, la mañana
con su haz de vida capaz de hacerte estremecer.

Ya dentro, me invitó a asomarme,
mirar al horizonte y saludar al verano
para pedirle un deseo a su mundo llano
desprovisto de dramas, vacíos y atajos.

Después de formularlo saqué una cometa
hecha con un plano impreso del Google Maps
y mi habitual falta de desparpajo.

Al rato llovieron 216 camas elásticas hinchables
y el mapa con otros tantos puntos ya situados
bajo un titular tan conciso como inigualable:
"Todo comienza con una forma divertida de ir al trabajo". 

06 mayo, 2015

NATURALEZA MUERTA

Galería de arte anunciando,
sólo hoy, 
un nuevo fenómeno de masas.

Todas las salas vacías
menos una, 
donde 3718 ojos se aplastan.

Cuentan que era la única sin cuadros,
tan sólo un marco sobre la impoluta pared blanca,
pero fue unánime la ovación.

El artista, a sabiendas...

Del universo de venas abiertas,
abstracción sin sentido ni destreza,
retoques en revistas, culto a la delgadez
y maquillar el nuevo no saber crecer
pervirtiendo la belleza...

Lo tituló "Naturaleza muerta".

Y el resto de su vida 
lo volvió a pintar en la calle;
en las noches, en los cuerpos entrelazados
y las risas de los nadies
que sólo a los ojos y las manos les ponen nombres.

Todas, estas sí, 
aunque sin aplausos ni delirios de grandeza,
catalogadas en algún corazón 
como sencillas pero valientes obras maestras.

QUE NO, QUE NO

De un lado la cálida luna despidiendo su alegre noche;
del otro un traicionero sol anunciando el día siguiente.

Siempre fue el cielo alto valle de temporeros,
tan certeros en sus emboscadas como poco acostumbrados
a que les desdigan el sentido de su corriente.

Pero hoy no,
hoy les digo que No, que Me niego
a ignorarme los decibelios, ya indomables, en la tripa;
el tam-tam en esta selva de animales sin miedo
que se rebelan sin pensar si les consienten
las horas y los peros con que el orden siempre limita.

Le digo que no al reloj,
que No, QUE NO,
que no me bajo de esta sonrisa.

Que quiero seguir sentado en sus labios,
donde todo es más y más precioso según se ríe;
donde nacen las gomas de borrar lo vanal 
y crecen lápices para nuevos abecedarios
que los dedos descubren viviéndose sin esa prisa.

No puedo, ni me apetece,
bajarme y dejar de admirar el mundo según su lengua
mientras balanceo las piernas y su boca me tiñe de colorElla;
mientras pellizco sus labios y siente las cosquillas  
y, en el crepúsculo que dibuja la longitud de onda de su carcajada,
descubrir que aún me queda mucho por aprender a describir
para poder sentir que conozco la belleza en su verdadera esencia. 

Que desde aquí puedo verla libre,
lanzando cubos de locura al aburrido horizonte
que otros enmarcan sin preguntar
a la justa altura de clavar un marco en su frente.

Perros que aúllan, lobos moviendo su cola,
caballos que sobrevuelan pájaros galopantes
y cantan su pura alegría;
a ver si acaso pegarle algo al resto del tiempo
de mecánicas vacías para agujas indecentes.

Que no, que no;
aquí me quedo por mucho que digan
que ser realista nos hace bien
en el imperio de las lentes sin pupilas.

Que no, joder;
que todo es una sarta de mentiras,
que a cada beso se me agarrota un verso
en la garganta del corazón
siempre cantando en primera fila
contra ese mundo ajeno a lo hermoso y sincero,
incluida la ingenua utopía.

NO HAY ÚLTIMAS BATALLAS

No hay últimas batallas,
ni sólo armas, piedras, personas caídas
y banderas cosidas a tiros
en los balcones y tras la barricada.

Pierde quien se da por vencido,
del otro lado sólo intuyen o fingen que ganan.

Tan sólo interpretan, dicen perdonar
hasta que tienen en su mano tu corazón
o bajo sus pies tu dignidad,
cuando empiezas a no medir ni tres cuartas
y tu altura les sirve de coartada
para hacerte sentir que vales menos que nada.

Pero la guerra nunca termina;
a pesar de la tensa tranquilidad
que se respira en el corro sin clases
y en el patio sin pausas para el recreo 
donde se juntan cada tanto los viejos enemigos.

Sólo existen miedo, indiferencia y ego 
y el siempre interesado y variable invierno mental
de un enfrentamiento que nunca llega
pues la mentira siempre viste mejores abrigos.

Querer imponerse o no posicionarse,
eterno binomio de la irrealidad extrema:
animales caprichosos y estúpidos
en libro de la selva, dando vergüenza ajena.

Jugando a saltar sobre la balanza
de una verdad universal, incuestionable e innata:
no ver las sombras de la propia hipocresía
hasta el absurdo día del juicio final,
ese lugar donde ni la nada sirve de nada.

"No sabía yo que, después de todo, me arrepentiría".

Sí que lo hacías, 
pero más fácil que luchar es tragar y seguir
como si eliminases al viejo Yo
que nadie aguantaba, abrazaba ni comprendía...

..Ese al que nadie esperaba y ahora no te espera a tí
cuando bajas del tren en tu nuevo mundo 
de máscaras con billetes hacia estaciones vacías.