17 noviembre, 2014

TAN CIEGO

Voy tan ciego que sí veo. 

Prosodia de sordomudos subtitulada en las aceras; 
pasos de peatones para pies descalzos y sin heridas,
ambulancias invisibles con corazones rotos y ojos asustados 
que no creen en los remedios de la razón esquiva.

Sirenas apagadas y médicos sin bata,
la sangre se desentiende
y los goteros en consonancia...

Todos dicen “te hará más fuerte si no te mata”
camino del Hospìtal Mañanaseráotrodía.



Quién sabe qué hora será: 
los camareros hacen hielo con los relojes
y el vaso medio vacío vuelve a estar lleno. 

Que si la esperanza se vierte, el segundero se lía, 
y según pides fuego, 
el mechero le arranca a otros dedos la apatía.

...

Voy tan ciego que te creo,
si me dices que el mundo es nuestro
y del planeta azul a esa sonrisa
hay tan sólo un firme salto.

Voy tan ciego que, por postureo,
me haré el tonto cuando despertemos
pero en mitad de la noche,
mientras duermes, te daré un abrazo.

Como si la vida fuese un plato roto
y en ti se uniesen todos los pedazos.

16 noviembre, 2014

ROMPER

En el clamor de otra batalla muda
contra la prohibitiva oscuridad
intento abrir mis pupilas
desde tan adentro que todo duele.

Despellejada noche de sonámbulos
y bisagras avisando estridentes
de las cancelas violadas,
perros con veneno en el filete
y huellas que hasta la siguiente mañana
nadie sabe de dónde proceden.

Nadie deja rastros en la linterna malva
que pretendía testigo
al asombroso espasmo del atardecer;
y la belleza suele guarecer
de las tormentas a quién no teme la lluvia
y se asoma sin miedo a mojarse
en un mundo donde mojarse es sinónimo de perder.

Me declaro perdedor en esta guerra cruel,
mi meta nunca fue un trofeo
estando tan metido en el timbre del recreo
donde niños con una pelota juegan
sin temor a cuántas ventanas tengan que romper.

ANIMAL

No sé cuánto pesa el animal en el que,
si me quitas todo lo que, 
en el fondo,
no me define ni me importa,
me quedo.

Cuántos kilos se llevan
en la carnicería de la vanalidad
si me despojan
de lo impuesto, lo mal aprendido
el falso orgullo y los nuevos miedos.

¿Estaré acaso raquítico,
y me llamarán para pasarelas
de modas para flashes y lecciones
en diceseis novenos?

No creo.

A veces imagino mi propio entierro:
suenan las campanas, llora gente, 
hay mejillas graves y verbos embusteros.

Nadie al día siguiente,
pacto entre la vida y el olvido mañanero.

Sólo un perro acostado sobre mi tumba,
oliendo y ladrando preguntas,
qué haces ahí, cuándo retomamos el juego.

Puede que pese lo que él,
en alma o algo parecido,
no en kilos, litros ni ego.

05 noviembre, 2014

RESISTIR

Sólo una luz
me habla de la noche,
a menudo la miro y me pierdo
en su extraña intermitencia;
como vieja y estropeada
pero empeñada en volverse
para decirle al caos
que ella aún existe y nada le puede,
ni mucho menos las apariencias.

Sólo un espejo
me habla de quién soy
sin mostrarme a mí,
centrado en las arrugas
de la piel que vive su propia locura
en una mueca amiga,
caricias diurnas, noches repentinas,
sonriéndole a su suerte
la cicatriz cerrada sin sal que duela,
a su vera en la dulce mañana
de esto que llaman vivir la vida.

Sólo una ventana puedo abrir
en la habitación del tiempo
donde las agujas se rompen
si me guardo el aliento
cuando aparecen los fantasmas,
en vez de perder el tiempo
quitándoles la manta
para gastarlo en ponerles a parir.

Sólo una persiana puedo subir,
muchas alas venden
pero sólo las mías me ayudan a volar
y no hay euros que las paguen;
ni más sastre que las sepa arreglar
que uno mismo
cuando el vuelo deja una estela hiriente
y el karma pega tan fuerte
que se esconden por sí solas.

En una caja sin más clave ni llave
que volverme a mirar
ese espejo sin mí
bajo la luz vieja que todo lo sabe
aunque amenace la aurora.

Sobretodo resistir.