30 agosto, 2006

El juEgo de los nadiE


Se encontraron allí, sin saber dónde, escapando del odio entre trincheras colaterales, antesalas del sufrimiento. Ni tan siquiera un saludo medió la novedad. ¿Qué podían hacer allí tres niños? Comenzaron a jugar. El escondite provocó, entre las ruina y el incesante ir y venir de gentes, más que cualquier otro entretenimiento. Pero tocó pronto esconderse no de ellos, sino de aquellos, adultos uniformados, y aquellas (armas las llaman sin inmutarse). Al menos cayeron los tres en el mismo hueco, cuando sus madres les consiguieron un aparente refugio. Empezaron a hablar, entre el miedo y las risas de la natural incomprensión, soñando como se terció, de ese modo con que los niños se agarran a la imaginación y lo ven todo tan simple... No tardaron en cambiar el mundo una vez más, como hicieron ayer con otros niños, y también solos. Lo salvaron, otra vez.

Aún recuerdo aquellos días. Es maravilloso poder hacerlo, y es una pena que aquellos sueños no fuesen nada, que tres niños no fuésemos nada. Por supuesto, tampoco fuimos nadie. Tantas veces soñamos y danzamos los nadie...brincos entre la luna y el sol de tantas formas como quisimos y, claro, nos negaron…


-¿Algo para comer, por favor?........................................Lo que sea me vendrá bien…Eso sí, póngale un poquito de esperanza, si no le importa,………para que no me mate el hambre.

Firmado: Otro “nadie”.

11 agosto, 2006

Diario de un visionario (I): Porque yo lo valgo.

Está decidido. Nada me parará. Ni nadie. Probablemente serán muchas las trabas que tendré que superar, desde el rechazo de la sociedad hasta los dolores de un postoperatorio que se presenta complicado, debido al contraste entre mis escasos 60 kilos y mis cansinos 2 metros de altura. Pero no importa. Todo eso no será más que un contratiempo, porque hoy tengo fe. Sí, fe. ¿Y cómo no? Al fin y al cabo, hay señales muy claras, y yo soy especialista en captarlas.

Ayer la señal definitiva vino a mí. Aún la veo: me acerqué a la cocina a prepararme un delicioso sándwich de chistorra con queso y, sorprendentemente, las dos rebanadas de pan que, cual oasis en el planeta Choped, quedaban en el envase estaban cubiertas de una consistente capa de moho. Ésta, en principio, debería haberme enviado de cabeza al supermercado para renovar mis provisiones alimenticias. Pero no fue así. Al contrario, un simpático gusano surgió de entre el material y me dijo…”anda, no seas tonto, que esto está dabuti. Enga, que te invito”. ¿Por qué no?¡¡¡Sííí!!!, pensé, a la par que la euforia invadía uno a uno todos mis sentidos. Y me comí la rebanada de un bocado, sin más preámbulo ni aliciente, con la misma ansiedad y alegría con que un niño prueba, como anfitrión, la tarta de su cumpleaños.

Exacto… Vomité, gusano incluido. Pero aquel momento no lo olvidaré jamás. Comprendí como nadie nunca haya imaginado a Eva, aquella gran mujer original que simplemente se dejó llevar por su intuición, por su curiosidad, por esa libertad que le negaron, y mordió aquella suculenta manzana golden. Por eso he descubierto mi esencia de mujer, y lo tengo más que claro: voy a ponerme tetas. Y de las buenas. Lo demás, por ahora, se queda en su sitio (no te preocupes, pichurrita).

08 agosto, 2006

Órdenes colaterales


Órdenes...
como leyes naturales,
como imperios y redes...

Órdenes...
carreras de cuádrigas,
afilados látigos...

Órdenes...
alarmas amparan,
lentes en vigilia...

Órdenes...
fabricando orden
(y desorden, hombre...)

Órdenes...¡ÓRDEN!:
diferencial de densidades,
poso exigiendo papeles
y olvidando el respeto,
amenazando al pícaro,
condenando sus vísceras,
¡kamikazes incoherentes
por y para la orden!

¡A LA ORDEN!
¿Quién la encontró?
¿te acechó la sal?
¿perdiste algún sentido?
Porque quizá quiera volver,
digo... ¿ego?
Se lo llevó,
sí...¡la orden!
¿quién si no?

Ella,
tan sensata y medida,
tan grande y competente,
perspicaz,mecanizada,
más que segura, es cárcel...

Órden
entre órdenes.

Órden,
poesías bélicas:
presos y garantías,
plazos y tratamientos.

Alguien escapó.
Gritó al mar...
¡órden!
Éste arrastró lágrimas,
sueños abandonados,
la libertad sola
como tantas olas,
como el comienzo
y el final: ÓRDEN.

La órden,
sinónimo de autoridad,
desquicio de ambiciones,
y el deambular de presos
bajo fronteras de odio,
sobre el llanto de esperanzas.

07 agosto, 2006

Cuando el universo baile SKA

Se comportó como un bufón Cronos cuando traté de comprender que el universo es ondulado. Se excedió tres constelaciones, amparado por una cruel capa de lodo movedizo que desde hace décadas a tantos millones de personas nos ha querido esclavizar al pensamiento más único y cuadriculado. Y así ocurre que aún ahora sólo momentos de contradictoria lucidez me dejan deambular entre reinventos más certeros en los cuales somos minúsculos los hombres y absurdo el complejo residual de guerras y opulencia que esparció por este planeta, en principio Tierra, la atrocidad del egoísmo y la irreal posibilidad del poder como complemento circunstancial de orden. La autoridad no es atributo, señores monopensadores; sería más bien, siguiendo su estela, también complemento circunstancial, llamémosle de negación. Múltiples demostraciones diarias no son apología de la paradoja: por favor, no se burlen de la inocencia.

No obstante, repito, hay momentos de lucidez. En ellos es posible escapar y fabricar con sueños un inmenso caleidoscopio que deje ver realidades y no realidad. “Gran idea”, advirtió una estrella, dejando a medio tempo su fugacidad, la primera noche. En la segunda ocasión se detuvo y se acercó a mí (me dejó bastante trastocado, debido a mi ignorancia respecto a sus capacidades cinéticas clandestinas). Acto seguido, me dijo que me contaría un secreto:

-Hemos tenido suerte, desde el momento en que fuimos vida. Todo un universo nos arropó desde el primer momento, y del mismo modo nos encanta arropar, acariciar cada latido, cada sonrisa. Es difícil veros cada día, a vosotros, seres en principio humanos, capaces de pensar y sentir, de reír y llorar, enfrentándoos cada cero coma, por cualquier motivo, como si nunca hubieseis descubierto la alegría de dar alegrías, de jugar, de cantar, de crear. Crear…
Por ejemplo, el otro día te sentí, igual que sentía a tantos, mientras bailabas en aquel bar. Una nota sucedía a otra, sin pausa, y vosotros bailábais, sin parar, cruzando miradas, dejándolas tocarse, como se funden los ritmos, como se aman sus instrumentos. Me tumbé sin que me vierais, sobre vuestro aliento, el humo de la paz y tantos otros manjares, y me embebí de aquel sueño. Fue un sueño veros bailar eso….SKA…
Pero mientras tanto otros morían, porque otros mataban, con fuego o con ignorancia, con olvido o con tantas otras barbaridades como pudisteis inventar desde el día en que abandonasteis lo que os dio la vida. Descubrirás por eso que necesito gritarte, para que me entiendas, que el día que todo el universo baile ska morirá la agonía que os destierra a cada paso. CUANDO UNIVERSO BAILE SKA OS ENCONTRARÉIS TODOS, y entre pogos viviréis la verdadera libertad que os espera, justa y visceral como la sed y la lujuria, el beso y la fusión, y nuestra mirada atravesando para siempre la oscuridad.

Desde aquella noche me subo al caleidoscopio y vuelo entre sus formas, sus incansables quimeras (que, estoy convencido, no lo son tanto), con calma y sin nada que temer. También me hundo cuando me pierdo y olvido, o, lo más preocupante, escapo por el miedo y no me importa olvidar. Es entonces cuando más necesitarán, probablemente, contar secretos las estrellas, y cuando más necesitaremos los inconscientes su empeño, de creciente verde e intensidad según caminas.

Pura vida...!