07 agosto, 2006

Cuando el universo baile SKA

Se comportó como un bufón Cronos cuando traté de comprender que el universo es ondulado. Se excedió tres constelaciones, amparado por una cruel capa de lodo movedizo que desde hace décadas a tantos millones de personas nos ha querido esclavizar al pensamiento más único y cuadriculado. Y así ocurre que aún ahora sólo momentos de contradictoria lucidez me dejan deambular entre reinventos más certeros en los cuales somos minúsculos los hombres y absurdo el complejo residual de guerras y opulencia que esparció por este planeta, en principio Tierra, la atrocidad del egoísmo y la irreal posibilidad del poder como complemento circunstancial de orden. La autoridad no es atributo, señores monopensadores; sería más bien, siguiendo su estela, también complemento circunstancial, llamémosle de negación. Múltiples demostraciones diarias no son apología de la paradoja: por favor, no se burlen de la inocencia.

No obstante, repito, hay momentos de lucidez. En ellos es posible escapar y fabricar con sueños un inmenso caleidoscopio que deje ver realidades y no realidad. “Gran idea”, advirtió una estrella, dejando a medio tempo su fugacidad, la primera noche. En la segunda ocasión se detuvo y se acercó a mí (me dejó bastante trastocado, debido a mi ignorancia respecto a sus capacidades cinéticas clandestinas). Acto seguido, me dijo que me contaría un secreto:

-Hemos tenido suerte, desde el momento en que fuimos vida. Todo un universo nos arropó desde el primer momento, y del mismo modo nos encanta arropar, acariciar cada latido, cada sonrisa. Es difícil veros cada día, a vosotros, seres en principio humanos, capaces de pensar y sentir, de reír y llorar, enfrentándoos cada cero coma, por cualquier motivo, como si nunca hubieseis descubierto la alegría de dar alegrías, de jugar, de cantar, de crear. Crear…
Por ejemplo, el otro día te sentí, igual que sentía a tantos, mientras bailabas en aquel bar. Una nota sucedía a otra, sin pausa, y vosotros bailábais, sin parar, cruzando miradas, dejándolas tocarse, como se funden los ritmos, como se aman sus instrumentos. Me tumbé sin que me vierais, sobre vuestro aliento, el humo de la paz y tantos otros manjares, y me embebí de aquel sueño. Fue un sueño veros bailar eso….SKA…
Pero mientras tanto otros morían, porque otros mataban, con fuego o con ignorancia, con olvido o con tantas otras barbaridades como pudisteis inventar desde el día en que abandonasteis lo que os dio la vida. Descubrirás por eso que necesito gritarte, para que me entiendas, que el día que todo el universo baile ska morirá la agonía que os destierra a cada paso. CUANDO UNIVERSO BAILE SKA OS ENCONTRARÉIS TODOS, y entre pogos viviréis la verdadera libertad que os espera, justa y visceral como la sed y la lujuria, el beso y la fusión, y nuestra mirada atravesando para siempre la oscuridad.

Desde aquella noche me subo al caleidoscopio y vuelo entre sus formas, sus incansables quimeras (que, estoy convencido, no lo son tanto), con calma y sin nada que temer. También me hundo cuando me pierdo y olvido, o, lo más preocupante, escapo por el miedo y no me importa olvidar. Es entonces cuando más necesitarán, probablemente, contar secretos las estrellas, y cuando más necesitaremos los inconscientes su empeño, de creciente verde e intensidad según caminas.

Pura vida...!

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