28 diciembre, 2014

DECÁLOGO DE LO (A)SOCIAL (VII): Un simple dios

Quién levantará un pañuelo blanco
entre tantas guerras cotidianas,
el grito absurdo, la garganta hinchada,
las bocas sin versos ni valores
que se dejan la piel por todo menos nadie
y rápido apilan cadáveres
si no hay escalones para subir a su baile.

No vale todo, no, 
toda esa mierda no puede valer;
por frío que fuese el invierno
y mal que nos educasen.

Me simplifico en la negativa,
a veces casi automática
y a menudo desesperanzada,
a comprender la transformación
del inocente en mala persona.

Por mucha frustración,
erróneas ambiciones y posiciones
que genere el falso orgullo
de quien adquiere poder
o a cualquier precio lo quiere.

Aunque suponga dolor
para cualquiera que no sea Yo
en el carnaval de hijas de puta
que antes de ser flor
forzaron raíz, tallo y capullo
renunciando a ser otras.

¿Dónde quedaron?
Qué hay debajo de esa máscara,
si les quitas la cáscara
de las circunstancias, el telón,
los flashes y las modas.

El gobierno y la oposición,
faltando a su escaño
para planear la contención.

Del ego a la dictadura,
hay sólo millones de cómplices
tolerando a un simple dios.

DESCUARTIZANDO

Apenas te vi pasar
por la calle del ajetreo desmedido,
como un reflejo agarrado a una guitarra
descuartizando soledad de ruidos.

Sólo pude ver tu pelo, tus caderas,
la forma en que confundes el rastro
de los caminos cotidianos
con las veredas a un mundo perdido.

De espaldas,
como sueles desde que estalló la costura
que nos ataba a la piel de aquello;
epidermis nuestra
o de otros que ya no somos nosotros
por mucho que hayamos querido.

Para los creyentes amor.

Para los ateos química,
impulso de constru y destrucción,
principio de locura.

Consecuencia de haberte vivido.  

QUE MÁS DA

Hay ruidos estremecedores,
ahí fuera y aquí dentro,
unos demasiado vacíos 
y otros demasiado llenos.

Qué más da, me dice el pájaro cantor,
posado en la ventana
y cansado ya de testimonios.

Qué más da, si son solo ruidos,
existen tantos y todos tan iguales
que de nada sirve regalar oídos
a quien ahora alienta tu rencor,
tu sufrimiento, tu rabia o tu odio.

Entonces el pájaro calla y empieza a cantar
y su melodía suena a sol de invierno,
a la boca abierta del callado amor,
a mueca sonriente en la cara del olvido,
a risas en serie fundiendo sin negro los episodios. 

Y yo me revierto,
dejo las entrañas escapar
mientras adentro bailo
primaveras de descompuestos eneros 
y diciembres en Mí bemol para fuego,
violines con tam-tam
y triángulos arrítmicos buscando su podio.

Pero a medio cantar,
el pájaro languidece y empieza a desafinar.

¿Qué te pasa? Le pregunto.

“Me salió una bestia que ya ni recordaba,
de cuándo el pasado me hizo de graznidos
y me vi enjaulado en mi propio soliloquio”

Son agridulces
hasta las metáforas aladas
que nos brinda la simple y bella locura,
le dije.

Respira, 
que recién amaneció y ese sol todo lo cura,
sea la herida saco de aire o tachado folio.

10 diciembre, 2014

LA PRÓXIMA INQUISICIÓN

Todos los inviernos
me habla de las pasadas primaveras;
en verano del siguiente otoño,
en fin..Un caos,
se ve que duda de cualquier estación.

Cómo estás, qué es de tu vida,
recuerdas cuando...Crees que fue amor.

Respondería interrogantes, pero pongo la tele
y el meteorólogo anuncia
intervalos durmientes
entre el Ahora y la próxima Inquisición.

Ay, si yo te contara
que contraté a una médium
para hablar con un Yo pasado
que lloró por tí y en el plato de ducha,
con cierta hipocondriaquez, se ahogó.

La muy hija de puta
rió durante varias décadas
y al final, con cierta sorna dijo "escucha:
sigues igual, yo te pongo unas velas,
pero el diagnóstico es fantasmalmente atroz.

Hazte un favor y responde expectante Sí
porque sigues anclado en el No".

PERVERSIÓN DE LA SOLIDARIDAD

Salen los cíclopes de su cueva.

Siempre lo aplastan todo
salvo para guardar las apariencias.

Masas de carne sobre esqueletos
hinchados de ego y ya.

Placas de hielos bajo un disfraz,
gargantas azules soltando palabras
que dicen lo que no hacen...
Síntesis de una revisitada verdad.

Millonarios en programas basura
llorando por no poder ayudar
en la miseria que su empresa crea.

¡Menudo margen para falsas odiseas!
Que escriban un cuento y lo relean
a sus hijos, parientes, cómplice, quién sea...

Propongo de título
'Perversión de la solidaridad'.

LA PAZ TUMBADOS

Sus ojos distraidos creando mundos, 
su boca, reino de muecas, 
invadiendo hasta el suroeste de mi pecho. 

Sus ideas, germen de hipérboles 
a medida que conversa; 
heroínas y villanas de cine mudo 
bailando historias inéditas. 

Una carcajada con doble sentido, 
la mano debajo de la mesa, 
los pies sin más se acercan 
para decir "después" sin hacer ruido. 

Entonces su cuerpo, entonces el mío, 
donde sea el mutuo homicidio; 
durante besos, durante tactos, 
y tras los cuerpos, la paz tumbados.

OCASO

¿Qué son esos gritos repentinos?
Viento voraz que rompe los muros
de esta feliz e ingenua guarida
que desde niño fue mi mundo.

¿Acaso mis propios demonios?
Que por ignorarles escaparon
de estos frágiles adentros
y ahora vuelven para dejarme
sin una puerta a la que llamar
cada vez que me derrumbo.

¿Es que el odio, el desamor
o la honda tristeza
nunca dejan descansar en paz
lo que uno da por muerto?

Y se sacian creando ruinas,
haciendo volar la ropa
de armarios ya sellados,
sacando recuerdos embalados
en las cajas de la Nada
donde decidí meterlo todo.

¿Qué queréis de mí?
Ya enterré vuestras miserias
donde el tiempo devuelve una flor.

Corro hacia ninguna parte,
esperando que cuando regrese
haya vuelto a salir el sol.