05 noviembre, 2014

RESISTIR

Sólo una luz
me habla de la noche,
a menudo la miro y me pierdo
en su extraña intermitencia;
como vieja y estropeada
pero empeñada en volverse
para decirle al caos
que ella aún existe y nada le puede,
ni mucho menos las apariencias.

Sólo un espejo
me habla de quién soy
sin mostrarme a mí,
centrado en las arrugas
de la piel que vive su propia locura
en una mueca amiga,
caricias diurnas, noches repentinas,
sonriéndole a su suerte
la cicatriz cerrada sin sal que duela,
a su vera en la dulce mañana
de esto que llaman vivir la vida.

Sólo una ventana puedo abrir
en la habitación del tiempo
donde las agujas se rompen
si me guardo el aliento
cuando aparecen los fantasmas,
en vez de perder el tiempo
quitándoles la manta
para gastarlo en ponerles a parir.

Sólo una persiana puedo subir,
muchas alas venden
pero sólo las mías me ayudan a volar
y no hay euros que las paguen;
ni más sastre que las sepa arreglar
que uno mismo
cuando el vuelo deja una estela hiriente
y el karma pega tan fuerte
que se esconden por sí solas.

En una caja sin más clave ni llave
que volverme a mirar
ese espejo sin mí
bajo la luz vieja que todo lo sabe
aunque amenace la aurora.

Sobretodo resistir.

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