Jugábamos a desguazar esa melodía
y cada instrumento era magia concentrada
en manos de un maestro frustrado
que a base de confundir genialidad y fama
se dio a la alta fidelidad de una bala.
Según descubríamos y sentíamos el hastío
de no haber llegado a tiempo
para enseñarle a separar y degustarlo,
supimos que el destino no está escrito,
pero hay ignorancias que apuntan
y sentimientos que matan.
y cada instrumento era magia concentrada
en manos de un maestro frustrado
que a base de confundir genialidad y fama
se dio a la alta fidelidad de una bala.
Según descubríamos y sentíamos el hastío
de no haber llegado a tiempo
para enseñarle a separar y degustarlo,
supimos que el destino no está escrito,
pero hay ignorancias que apuntan
y sentimientos que matan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario