09 noviembre, 2009

Fisionomía del miedo



En el laberinto juegan todos, a veces demasiado. Futuro, presente y pasado vagan ebrios, hablando de caos y soñando con nadas que nunca recordarán, aunque a veces crean que son algo. De vez en cuando alguien cae en que cuando una mirada se carga de odio y miedo es sólo una cárcel, y deja una pintada en la pared que habla de esperanza: nada más irreal que una cárcel.
Justificar a ambos lados

Pero allí arriba una tormenta ríe con opulencia y mueve cuerdas. Algunos las notan y otros sienten también como tiran de ellos hasta escuchar el eco de su propia sangre. Quizá jueguen con nosotros, piensa un filósofo. Un rayo mató a Sócrates mientras hablaba de la verdad. Ahora le vigilan a él, por ser también un escéptico sin remedio. Pero, después de todo, las cuerdas le hacen callar. Como a muchos otros, el miedo le arranca la palabra a cambio de angustia. Un mal trato.

Y el laberinto crece y crece, hasta que mastica la esfera. Entonces el miedo se siente dueño y señor, y todos giran como gusanos en la inmensa manzana. Desde su tormenta les habla de producción, recursos y dinero. Poco a poco éste ve cómo el tomo de papel marcado llega hasta sus pies, y juega a lanzar algunos billetes al aire, a ver quién es el más avispado. Resulta. En sólo unos instantes de lucha hay tres millones de gusanos muertos - buena cifra a su parecer- , y un millonario. Entonces llama a éste último y le pide que escale la gran montaña de dinero para hacer negocios. Cuando el afortunado está llegando a la cima, resbala entre los papeles y cae. Sus billetes quedan atrapados en la espiral. Dentro de un rato, el miedo jugará de nuevo.

Entre tanto, a la estación sin viajes de ida llegan los pasajeros, gusanos pródigos, sin sus seres queridos, a buscarse la vida. La gran manzana, dicen, es un buen sitio para prosperar. En cambio, el final de la jornada nunca llega. El reloj perdió sus agujas y el tiempo se derrite con saña intermitente. Nadie sabe cuánto tiempo lleva dando vueltas; tampoco cuándo ni cómo podrá volver a casa. Y la tormenta ríe, juega, al son de sus cuerdas, mientras envía a sus esclavos a limpiar los muros que hablan de esperanza.

4 comentarios:

  1. Me gusta me gusta mann! No se de que me suena!jaj Estaría crema alguno más de éste estilo. Digo, por si cae jj PAZ!

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  2. Sí, se da un aire no??jej A ver ké sale pa la próxima tío, yo akí no mando, es el mono del armario, ke me va diktando xD

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  3. Kaka..Que tipico de ti

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  4. Lo que me cabrea de tí, seas quien seas, es que no sepas ni dar la cara. Eso y lo de "kaka". Kaka??jaj xD Si no te gusta nada no hay ningún problema, pero di algo constructivo o no entres y punto. No te preocupes, no te echaré de menos xD

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