19 febrero, 2010

AGGGGGGGGHHHH!!!

No importa qué pasó,
todo eso que fuiste,
todo aquello que no,
la lluvia que cayó
y te hizo ser otro,
la que no viste caer
y te aprisionó
en una pecera
llamada agonía.

No importa quién eres,
quién dejaste atrás,
cuántos errores cometiste
y cuáles te esperan
dispuestos a matar,
envueltos en el mar triste
donde los regalos hieren
y las heridas no cicatrizan
tanto como te gustaría.

Las huellas del ego
y las del tonto
que llevas dentro
son agua de fuego,
el bipolar versátil,
lo cruel y lo frágil
de una vida dedicada
a ganar y perder…

Olvida las coartadas.

Hay una búsqueda
que será eterna;
en el pequeño infierno
abrasantes pesadillas
y sueños húmedos
ven pasar a los fantasmas…
Allí caminaremos solos
hasta encontrarnos,
si acaso,
con nuestras sombras,
y la jauría de vampiros
bebedores de sangre fría,
de paso,
nos señalará su obra:
ellos y nuestro futuro,
los perros y las sobras.

Hay otra, más grande,
aunque se esconda
ahí fuera, no sé donde,
que quizás algún día,
con suerte, encuentres;
puede que a menudo,
y no suelas enterarte;
o puede que lo sepas,
pero la temas
de tanto esperar.

No busques coartadas.
Olvídalas.
La realidad... Es una mentira
implícita.

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