10 abril, 2015

A CUBIERTO

Escribo una apología del fracaso
porque de esa forma aprendo
las victorias las paso celebrando,
sin folios, tinta ni dividendos...
Río más si la nada me pone un copazo
y olvida equilibrar el refresco. 

Me dijeron que aprendiera a expresarme
también cuando estoy riendo;
me lavé la cara, tiré 167 cañas,
nos las bebimos todas y cuando surgió la utopía
te mandé un curso de pedagogía
hecho en castúo y pasado por un viejo Loquendo.

No me juzgues si no hay juez
en el calendario donde siempre me elije un invierno;
bien que toleras los monstruos
cuando hacen acto de presencia en el Parlamento.

A lo mejor es que se parecen a tí
y no reconoces lo que sutil crece en tus adentros,
en tiendas de a cien y bancos de cien mil,
en el precio que ponen al líquido en los conciertos
y el resignado símil de capitalismo=cubierto.

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