04 agosto, 2014

DECÁLOGO DE LAS TRIZAS (O): UN MANOJO

De repente tú y no saber por qué,
escucha esa atmósfera,
se aparta la niebla y, como verás,
neuronas saltan: acto de fé.

“Ey qué tal”, te dije,
simple como siempre;
no atiendo a timbres
por estos mimbres,
soy un suspenso libre,
nací en septiembre.

Se me tropiezan las ideas,
lo sé...

...Brindemos,
ya tenemos suelo para amanecer.

Por qué antes no te reconocí,
el tiempo puede ser tan cruel...
Tener que desistir
para volverte a conocer.

Y tú bailando sin pertenecer
a tu propio cuerpo,
con el alma encima de la piel.

Yo hecho un manojo
de nervios que antes no tuve,
estás en frente,
dices “encantada de verte”
y pff.. Menuda nube.

Por qué no masticar formalidad
y hacer un globo
a la altura de nuestra libertad...
Venga, sube.

Y después..Tssss...
¿Qué esperabas que contase?
Tú me diste tus latidos,
yo los bailo sin disfraces.

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