10 septiembre, 2014

ORILLA Nº 30

Llegó diciembre en la treintena
y yo seguía en aquella orilla;
una vecina pidió pruebas,
saqué arena de mis zapatillas.

Me dijo "sigues igual, con la misma fiebre"
y yo callado, con la frente ardiendo
y el corazón en cada valle de mis adentros;
con el mercurio en fase de pruebas,
leyendo esquelas y cagándome en los muertos
de quienes dicen que dura poco un Para Siempre.

Quise ser libre, 
disparé al aire y saltó la liebre
con otro bando del cielo:
'Los deseos embusteros van por carta,
a fin de mes escriban a Oriente'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario