20 octubre, 2015

UN CLUB DE LECTURA

Hay quimeras en la azotea
quemando las costuras de varios viejos disfraces,
viendo pasar las balas perdidas
que durante el día quisieron matarlas.

Ahora vagan solas y sin carne alguna
haciendo uves con su frío tintineo contra el suelo;
acústica de realistas muriendo por las calles. 

Y ahí arriba mirando con la duda,
en la más poética de sus muchas intrigas
doce quimeras y un Club de lectura.

Hoy toca el novelista de las muertes justas.

Debaten sobre si deben ser lentas,
se disputan el lenguaje con diversas y vagas razones,
hasta que algo les despista:
la vida, su osada luz de fondo, amanece.

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